Desde este domingo entra en vigor el decreto publicado por la Ciudad con vigencia de una semana, en el que se recoge como medida más importante el cambio del toque de queda. Los datos de contagios y los correspondientes a la incidencia acumulada son mejores, lo que llevó a fijar el periodo en el que no se puede estar en la calle desde las doce de la noche a las cinco de la madrugada. En esencia, las demás normas se mantienen, como las que aluden al número de no convivientes que pueden estar en reuniones o el aforo en los templos religiosos. Lo que no recoge el BOCCE es el plus de prudencia, colaboración y respeto que se debe exigir a todo ciudadano para evitar que la situación empeore. Sobre todo con vistas al escenario que se puede plantear después del 9 de mayo cuando, a falta de una noticia nueva, finalice el estado de alarma, y las medidas queden más relajadas salvo anuncios contrarios. La ciudadanía debe implicarse en la lucha común contra un virus que está llevándose a mucha gente -108 muertes ya en Ceuta- y está destrozando a muchísimas familias. Al margen de las medidas de las que disponga el Gobierno, los propios ciudadanos debemos ser conscientes de que hay que colaborar, hay que aplicar la prudencia como norma, no hay que incurrir en despropósitos y hay que tener empatía con quienes han sufrido en primera línea este virus cuyas consecuencias finales ni siquiera aciertan a conocerse con detalle.