Ceuta se ha despertado este domingo con un ambiente festivo y religioso, preparada para celebrar una de las festividades más emblemáticas del calendario litúrgico: el Corpus Christi.
Todo perfecto para la ocasión
La jornada comenzó con una ciudad engalanada para la ocasión. La Gran Vía se vistió de gala gracias al trabajo realizado la noche anterior por decenas de voluntarios y feligreses, que elaboraron una alfombra ornamental compuesta por helechos y arena de sílice.
Este tapiz artesanal se convirtió en uno de los elementos visuales más destacados del día y un reflejo del compromiso de las hermandades y cofradías locales.
Niños y niñas que celebraron su Primera Comunión este 2025 revivieron la emoción de aquel día al vestirse nuevamente con sus trajes para formar parte activa de esta jornada. Para muchos, fue una ocasión de renovar su vínculo con la fe católica en un ambiente solemne y comunitario.
Solemne misa en la Catedral con participación infantil y coral
Por segundo año consecutivo, la misa del Corpus Christi se celebró en horario de mañana, permitiendo que el acto central de la jornada estuviera acompañado por la luz del día y una mayor participación ciudadana. Frente al pórtico de la Santa Iglesia Catedral se dispusieron decenas de sillas que comenzaron a llenarse desde primeras horas, mientras los asistentes iban ocupando su lugar bajo un cielo despejado.
La misa comenzó puntualmente a las 11.00 horas y fue oficiada por sacerdotes de distintas parroquias de Ceuta. La ceremonia fue amenizada por un coro dirigido por el padre Alberto, que interpretó cánticos religiosos que contribuyeron a elevar el ambiente de recogimiento. La participación de los niños de Comunión también fue significativa: algunos realizaron las lecturas litúrgicas y otros fueron los encargados de presentar las ofrendas ante el altar.
Simultáneamente, mientras se desarrollaba la Eucaristía, en la cercana Plaza de África se ultimaban los preparativos para la procesión. Este año, por primera vez, los cortejos de diferentes pasos e imágenes religiosas participarían en la tradicional marcha, añadiendo un nuevo atractivo al acto.
Honores institucionales y arranque de la procesión
A medida que se acercaba el mediodía, una Unidad de Honores de la Comandancia General de Ceuta tomó posiciones frente al Palacio de la Asamblea. A las 12:15, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, salía del edificio institucional para recibir los honores correspondientes. Un acto sobrio que, como cada año, refuerza el vínculo entre las autoridades civiles y los eventos religiosos de la ciudad.
Tras el saludo militar, el presidente, acompañado por otras autoridades locales, se dirigió a la puerta de la Catedral para unirse a la procesión. El paso del Corpus Christi, custodiado bajo palio, encabezó el recorrido seguido por las imágenes religiosas, representantes de hermandades y cofradías, así como numerosos fieles.
En el cortejo también formaron parte las parihuelas con las imágenes de san Agustín, San Juan de Dios, santa Beatriz de Silva, san Antonio, san Daniel y la Inmaculada. También participaba una comitiva del colegio Santa María Micaela.
El itinerario incluyó calles emblemáticas como Plaza de África, Jáudenes, Victori Goñalons, Alcalde López Sánchez-Prado, Pepe Serón y Edrisis, hasta culminar en el Santuario de Nuestra Señora de África, donde finalizó la procesión con una oración final y la bendición solemne.
Alfombras, escudos y símbolos de fe
Uno de los elementos más vistosos del recorrido fue la alfombra artesanal desplegada a lo largo de la Avenida Alcalde López Sánchez-Prado. Este tapiz mostraba escudos y símbolos representativos de las distintas hermandades y cofradías de la ciudad, así como emblemas del Consejo de Hermandades, Manos Unidas y las Juventudes Marianas Vicencianas.
La combinación de arte efímero, tradición religiosa y participación ciudadana convirtió esta edición del Corpus Christi en una jornada especialmente significativa para los ceutíes. La implicación de parroquias, asociaciones religiosas y familias reforzó el sentimiento de comunidad y el papel de la fe en la vida pública.
Así, Ceuta ha vivido un Corpus Christi distinto, enriquecido por el espíritu del Año Diocesano de la Eucaristía, pero también fiel a sus raíces. Una festividad que, más allá de su dimensión religiosa, ha vuelto a unir a vecinos, autoridades y fieles en torno a una celebración común.