La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta dictó una sentencia condenatoria contra un joven identificado con las iniciales S.A.R., acusado de un delito de hurto cometido durante una falsa compraventa a través de la plataforma Wallapop.
Durante la vista oral, el joven reconoció los hechos y aceptó la pena impuesta de seis meses de prisión, conforme al acuerdo alcanzado con el Ministerio Fiscal. Sin embargo, dicha pena quedará suspendida durante un periodo de dos años, condicionado a que no vuelva a delinquir en ese plazo y abone la responsabilidad civil correspondiente.
En concreto, la suspensión de la condena está supeditada al pago de los 900 euros que se estiman como el valor del objeto sustraído. Esa cantidad corresponde al precio pericial del teléfono móvil robado, marca Samsung Galaxy, y constituye el montante total que debe percibir la víctima como indemnización por los daños sufridos.
Un robo tras una cita acordada
Los hechos enjuiciados ocurrieron el pasado febrero, cuando el acusado, tras ver un anuncio de venta publicado en la aplicación Wallapop, contactó con la víctima. El producto ofrecido era un móvil de alta gama, cuyo valor fue luego fijado en 900 euros por el perito judicial durante el proceso.
Con intención de consumar el engaño, el acusado pactó un encuentro con el vendedor en las inmediaciones de la Clínica Morey, en Ceuta. La cita se fijó para las 21:40 horas, en una zona concurrida, pero con escasa presencia policial a esa hora del día. La víctima, confiando en la legalidad de la transacción, acudió al lugar con el dispositivo.
Huida tras el hurto del móvil
Una vez en el lugar, el denunciante le mostró el móvil al acusado para su revisión. En ese momento, y de manera sorpresiva, el joven se apoderó del teléfono y salió corriendo del lugar sin efectuar el pago previamente acordado. Su acción fue calificada por la jueza como un “acto claramente intencionado y con ánimo de lucro ilícito”.
Gracias a la colaboración de la víctima y la rápida actuación policial, se pudo identificar al autor en pocas horas, siendo posteriormente detenido y puesto a disposición judicial. Aunque el teléfono no fue recuperado, el proceso culminó con el reconocimiento expreso de los hechos por parte del acusado.
Una sentencia con efecto disuasorio
La resolución del caso pone en evidencia la vulnerabilidad de las compraventas informales a través de plataformas digitales, donde la ausencia de garantías formales facilita este tipo de delitos de oportunidad. El juzgado ha querido dejar claro que estos actos, aunque aparentemente menores, tienen consecuencias penales concretas.
Finalmente, la sentencia cumple también un objetivo disuasorio, ya que busca evitar la reiteración de hechos similares mediante la imposición de una pena de prisión condicionada, así como la obligación de reparar el daño causado a la víctima. La justicia insiste en que cualquier delito, por pequeño que parezca, debe tener una respuesta proporcional y firme.
En los últimos años, se ha observado un aumento significativo en los delitos de hurto en España, especialmente aquellos vinculados a entornos digitales o plataformas de compraventa entre particulares.
Según datos recientes del Ministerio del Interior, este tipo de delitos ha crecido con la expansión del comercio informal, donde la falta de controles y la confianza entre desconocidos generan un terreno fértil para los engaños. Las autoridades advierten de la necesidad de extremar la precaución en este tipo de transacciones y de denunciar cualquier comportamiento sospechoso.
En Ceuta como no podía ser de otra manera también ha aumentado de manera considerable, aunque, en este caso, un joven quiso aprovecharse de la buena fe del vendedor para escapar del lugar con el móvil sustraído.