Toda la ciudadanía y muy especialmente sus representantes institucionales deben hacer estos días, tras la trágica muerte la madrugada del pasado sábado de un joven ceutí de 16 años de un disparo en la cabeza, un ejercicio de unidad, responsabilidad y prudencia, así como de confianza y respaldo al trabajo de la Policía Nacional.
La Jefatura Superior declaró ayer formal y públicamente que su “prioridad absoluta” es la investigación y esclarecimiento de ese suceso, así como la detención de sus responsables.
Los incidentes violentos que se han repetido durante los últimos días en distintos puntos de la ciudad merecen la mayor reprobación porque no solo distraen y entorpecen la acción de las Fuerzas de Seguridad, sino que también propagan una inquietud y miedo entre todos los ceutíes, especialmente entre los vecindarios más afectados, que son absolutamente inaceptables.
La Policía Nacional debe contar con todo el apoyo y colaboración de todos los ceutíes para aclarar cuanto antes cómo y por qué y quién o quiénes son los responsables del tiro que acabó con la vida de Ibrahim Bufelham, pero también, junto al resto de Cuerpos de Seguridad, para atajar los sucesos que lo han seguido.
En ello están los responsables de conseguirlo, a los que no se hace ningún favor, todo lo contrario, abriendo una caza de brujas política intentando cosechar votos a costa del miedo.
El Plan Estratégico que para el futuro de Ceuta se está redactando debe incluir una reflexión a fondo sobre los recursos que para mantener y garantizar la Seguridad Ciudadana están disponibles, algo que el presidente de la Ciudad puede plantear hoy mismo al ministro del Interior para encontrar soluciones de futuro, en las que también deberá tener un papel clave la Educación.