Confía en la justicia. Sabe que si lo devuelven a Marruecos algo le va a pasar. Está convencido. Y, ese “algo”, no es nada bueno. Lleva desde el lunes en una oficina ubicada en la frontera del Tarajal, en Ceuta, esperando una resolución que le permita estar en España. Es la única alternativa que le queda para seguir viviendo con dignidad.
M. es el policía marroquí que hace hoy cinco días cruzó la frontera que separa Marruecos de Ceuta porque, sencillamente, ya no podía más. Ha visto de todo en estos casi 15 años de agente y el pasado lunes optó por jugarse lo único que tiene, su propia vida, para solicitar asilo en España.
“He depositado toda mi esperanza en la justicia española, en la que confío plenamente por su integridad y por el respeto que demuestra hacia los derechos humanos”, explica en una entrevista mantenida con El Faro de Ceuta.
Recurre al periódico que contó su historia para que la ciudadanía sepa por qué dio este paso. Él no es ningún delincuente, alguien que quiera aprovecharse del sistema. Es un policía qu,e sencillamente ya no podía más.
Dejó atrás “su vida, su trabajo”
Ese pasado lunes decidió cruzar, dejando atrás “su vida, su trabajo”. “Estaba mal”, indica, cuando “crucé no sabía ni qué contestar, estaba como fuera de juego”, detalla.
Se agolparon los sentimientos enfrentados, ideas y miedos, buscando en este lado de la frontera ese asilo como única alternativa para encontrar protección.
Este proceso está siendo duro. No sabe qué le deparará el destino, espera conocer la resolución firme de la Audiencia Nacional, pero si algo tiene claro en estos momentos es que, si lo devuelven a Marruecos, si no atienden la gravedad de su historia, “algo me va a pasar”. No lo sospecha, lo sabe.
Amenazas de muerte
M., ha visto mucho en los puntos en los que estuvo destinado. “Cuando estaba trabajando, cada vez que presenciaba algo ilegal o notaba que alguno de los superiores tenía relaciones sospechosas con personas vinculadas al crimen, me enfrentaba constantemente a amenazas de muerte o agresiones repentinas por parte de ambos lados”, explica.
“También recibía amenazas por parte de esos individuos fuera de la ley, simplemente por oponerme a lo que estaba ocurriendo”, añade.
Su entrevista con El Faro se entrecorta por los nervios, el miedo y las lágrimas, pero necesita ser escuchado para que se recoja negro sobre blanco lo que está sufriendo y el motivo por el que cruzó Tarajal.
Su historia
Él entró en la Policía de Marruecos con “muchas ganas”, quería “proteger al ciudadano”, pero terminó viendo otras cosas que no le gustaban. Le llamaban la atención por intentar hacer valer los derechos, siendo testigo de continuos episodios de maltrato a personas.
Por intentar mediar recibió castigos como derivarlo a los peores puestos laborales, los que nadie quería y en donde no podía tener contacto con la ciudadanía.
Ha estado destinado en las fronteras con Ceuta y Melilla, en donde confiesa que se produjeron abusos a personas. No podía ver esas injusticias, las exponía y denunciaba, sufriendo por ello cambios de destino -siempre los peores o más alejados-, amenazas y desprecios.
Había otra manera de castigarlo, con jornadas de hasta 14 horas seguidas o de noches encadenadas -hasta cinco- para luego disfrutar solo de un día de descanso. Una forma de cansarlo psicológicamente o de reprobar la rectitud en su trabajo.
Presión psicológica
Sin esposa ni hijos que mantener, fue trasladado a Tánger. La enorme presión psicológica sufrida, las presiones continuadas, el saber que no le iban a conceder un visado al que sí pueden optar funcionarios como él para salir de Marruecos, le llevó a romper con todo y decidir que la única salida para abandonar todo ello era cruzar a Ceuta y pedir protección.
Desde el lunes lleva sin salir de esa oficina en la que pernocta y come. La Jefatura Superior de la Policía Nacional indicó que estaba “custodiado, no detenido”, pero el hecho es que no sale de esa habitación. Se argumenta que hay que hacer unos trámites que son lentos. Tiene libertad de movimientos y podría abandonar ese lugar hasta que se solucione su expediente, pero prevalece una “custodia” sobre la que no se ha dado mucha explicación.
El agente también ha sufrido racismo por ser de determinado origen, un racismo ejercido sobre él dentro de la Policía durante su carrera laboral por parte de los jefes.
Situación anómala
Es una situación nada común, pero que se está produciendo en Ceuta. Una situación que nunca antes había tenido lugar en la frontera, con un agente marroquí esperando una semana una solución a su caso después de tramitarse un tipo de asilo muy poco frecuente.
M. ha sido claro. Ha expuesto lo que hay, la situación que le rodea marcada por vejaciones e injusticias que ha denunciado, de las que tiene pruebas, y que le han llevado a derrocarlo psicológicamente.
Sin mujer , ni hjos.... raro , raro, raro....
Por favor , piensen con la cabeza y no con el culo !!!....Imagínense que un Policía , Guardia Civil o un Militar español pidiese ""asilo político"" a Marruecos .
YO CREO QUE TU PIENSA POR EL CULO Y DESPUES POR LA CABEZA PERO PIENSO QUE SERAS JOVEN EN TIEMPO DE FRANCO MUCHOS POLICIAS ESTANDO LA FRONTERA CON GIBRALTAR SERRADA PIDIERO AXILO EN GIBRANTAR SALTANDO LA VERJA QUE MEDIA MEDIO METRO ESPALA ERA LA QUE FRANCO LA CERRO LOS INGLESES TODOS LOS DIAS ALA 7 DE LA MAÑANA HABRIAN LA REJA Y ALAS 12 LA VOLVIAN A CERRAR AHORA NO CREO QUE NINGUN POLICIA LO HAGAN CON LOS PAGONES QUE TIENEN EN ESPAÑA Y MAS EN CEUTA Y MELILLA 5 O 6 AÑITO EN CEUTA Y SU CASA DEL PUEBLO PAGADA ESO LE VA A PASAR A UN POLIAS MARROQUI
Bienvenido hermano espero que te valla mejor en España ,buena suerte
No se lo pueden dar, porque dárselo es reconocer que aquello no es una democracia y decir eso abiertamente tendría repercusiones políticas para el gobierno.
QUE VERDAD LO QUE ESTAS DICIENDO ENTRE LAS DOS ALEMANIAS ALGUNOS DE LA PARTE RUSA Y ERAN POLICIA PEDIAN AXILO EN LA OTRA ALEMANIA Y SE LLO DABAN
Totalmente de acuerdo y si lo devuelven en cuanto llegues desaparece para siempre