Desde 2017, hemos seguido de cerca el papel del presidente de EE. UU. en la política internacional. Su regreso a la Casa Blanca ha sido una irrupción turbulenta, marcada por decisiones que reconfiguran alianzas y desafíos geopolíticos.
El Peso Económico de la OTAN
EE. UU. ha anunciado una ayuda de 60.400 millones de dólares a Ucrania desde la invasión rusa en 2022. En paralelo, Washington exige a los aliados un aumento de contribuciones al 5% del PIB, mientras que los miembros proponen alrededor de un 3 hasta un 4% en 2030. En este contexto, Países Bajos, el único en cumplir con el 2% exigido hasta 2024, con su siguiente objetivo de alcanzar dicho 5% a corto plazo.
Tensiones entre EE. UU. y la UE
La UE ha mostrado descontento por su escasa participación en decisiones clave, como las negociaciones EE. UU.- Rusia o el conflicto en Gaza.
Como adelantaba en junio 2023, los líderes europeos Draghi, Macron y Scholz intentaron mediar en la guerra en Ucrania sin mayor éxito, lo que refleja la preeminencia de EE. UU.
Más tarde, febrero de 2024, según uno de nuestros politólogos, Trump manifestó que, si era reelegido presidente, le diría a Rusia que hiciera “lo que le diera la gana” contra los miembros de la OTAN que cometieran “delincuencia” por no haber invertido lo suficiente en sus propias capacidades militares. Los comentaristas de política exterior interpretaron eso como una invitación a Rusia para atacar a esos países de la OTAN.
La OTAN sigue siendo un pilar de la seguridad global, pero no está exenta de interrogantes sobre su cohesión y equilibrios de poder.
Continuamos considerando que nos encontramos ante las clásicas “salidas de tono” como mera estrategia del “Trumpismo”.
El Debate sobre el Artículo V
El Tratado de la OTAN establece que un ataque contra un Miembro es un ataque contra todos.
Sin embargo, manifiestan nuestros politólogos y expertos en estudios geopolíticos: Dan Reiter y Brian Greenhill (Defense One), que dicho Texto deja margen para interpretaciones, ya que el citado Artículo de la OTAN no es tan infalible como muchos creen.
Los compromisos de alianza no son tan vinculantes, ni jurídica ni políticamente, como sugiere la opinión convencional, por lo que será un tema que requiera vigilancia, sobre todo, para los que disponen de presupuestos bajos para Defensa.