Ambos pasaron ayer a disposición judicial y fueron sometidos un juicio rápido. El Fiscal solicitó que se les impusiera un delito de atentado con medio peligroso.
Los dos inmigrantes que el pasado viernes causaron una revuelta en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) tras la eliminación de Ghana en el Mundial pasaron ayer a disposición judicial. Según ha podido saber ‘El Faro’, ambos fueron sometidos a un juicio rápido en el que el Ministerio Público solicitó que se les impusiera a cada uno un delito de atentado contra la autoridad con medio peligroso, recogido en los artículos 550 y 552 del Código Penal. Esto implicaría que ambos podrían llegar a ser condenados a hasta cuatro años de prisión, en caso de que el juez considerara que son culpables.
Los hechos por los que ambos fueron juzgados tuvieron lugar el pasado viernes. Los presuntos cabecillas de la revuelta pretendían provocar un motín, según informó ‘El Faro’. Para ello, tenían la intención de acudir a los dormitorios para intentar que el resto de inmigrantes que no habían presenciado el encuentro se sumaran a la tangana. Según pudo saber este medio, fueron cuatro los vigilantes acorralados por los residentes del CETI y que sufrieron lesiones, aunque sólo dos tuvieron que ser atendidos. Algunos fueron golpeados en la cara, otros sufrieron lesiones en los brazos y uno en el labio. Los vigilantes de seguridad intervinieron en el lugar en el que los residentes estaban viendo el partido cuando éstos comenzaron a subirse en las mesas y a darles patadas, según comunicaron ellos mismos. A los ánimos alterados del lugar el que los inmigrantes presenciaban en partido se sumó el comportamiento exaltado de un residente cuando los vigilantes, tras sorprenderle consumiendo porros y bajo los efectos de las bebidas alcohólicas, le dijeron que sería expulsado de estas instalaciones cuando se le pasaran los efectos. Al parecer, otros residentes se sumaron a la discusión, defendiendo al inmigrante que se encontraba bebido. Ante el cariz de los acontecimientos, el director del CETI, Carlos Bengoechea, pidió la presencia policial, que consiguió restablecer el orden de inmediato evitando un altercado mayor.
La decisión sobre el futuro de estos inmigrantes se encuentra ahora en manos del juez, que decidirá si finalmente los condena o no por el citado delito de atentado.