El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se encuentra ya en Ceuta. Y su llegada al helipuerto nada ha tenido que ver con la que tuvo lugar el pasado 18 de mayo, en plena crisis, cuando decenas de personas no solo abuchearon a Sánchez y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sino que también se pateó el coche que conducía un escolta para el traslado de las autoridades. Aquellos actos terminaron en un procedimiento judicial que se saldó con dos condenados.
La Policía Nacional ha blindado los accesos al helipuerto, colocando vallas para evitar, precisamente, el fallo de seguridad que se produjo en mayo cuando unos exaltados llegaron a superar el control que era prácticamente inexistente. Hoy, alrededor de cien personas, algunas con grandes banderas del PSOE, han acudido para ver la llegada de Sánchez. Y lo han hecho con el fin, precisamente, de dejar constancia del apego al presidente de todos los españoles lo hayan votado o no, evitando que se produjeran esas bochornosas imágenes de mayo y expresando en alto que se trata del mejor presidente de la historia. “Estamos presente para nuestro presidente”, coreaban.
La labor de los medios de comunicación en general ha sido complicada, ya que se les ha impedido la aproximación a las puertas del helipuerto de la Marina a pesar de que su labor es precisamente la de informar. Solo han accedido al interior del recinto los medios considerados oficiales.
Este miércoles, Sánchez ha llegado a Ceuta en torno a las 12:00 horas y lo ha hecho en un momento clave, después de que el viernes pasado se comunicara el fin de la crisis entre España y Marruecos con la difusión de un documento oficial que fue trasladado primero por el reino alauita y, después, por el de España. Los gobiernos de las dos ciudades autónomas han aplaudido la visita del presidente en un momento especial por lo que significa de mejoras en unas relaciones que encuentran su punto más sensible en la frontera sur de Europa y en las ciudades que hacen frontera, como son las hermanas.
De hecho el posicionamiento del propio presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha sido claro por lo que se aprecia de positivo en esta reanudación de relaciones, de cara a que haya una menor presión migratoria y una aspiración a conexiones terrestres ordenadas a través del paso fronterizo, bien alejadas de las escenas caóticas de esas avalanchas y retenciones constantes.
Si blindado ha estado el helipuerto civil también lo ha estado el entorno de la plaza de África a donde llegará el presidente del Gobierno para firmar en el Libro de Honor y mantener un encuentro con el presidente de la Ciudad, Juan Vivas. De igual manera está controlado todo el entorno portuario, ya que el segundo escenario de la visita es la estación marítima para conocer el proyecto de las obras que se van a ejecutar en este lugar, apadrinadas por el Gobierno de la Nación y para que Ceuta disponga de una estación distinta.
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