Hoy, a partir de las 12.00 horas, volverá a tener lugar otro 1º de Mayo. Otra jornada reivindicativa que se sustenta en la necesidad de luchar entre todos por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y frenar, sobre todo, la sangría del desempleo.
Partirá de la plaza de África y llegará hasta la Delegación del Gobierno, a donde todos están llamados a reclamar mejoras que, en definitiva, suponen solo el logro de avances para los trabajadores.
Nadie puede obviar una realidad que a todos, directa o indirectamente, nos toca vivir. El drama del paro afecta a muchas familias hasta el punto de que hay unidades en las que ninguno de sus miembros trabaja. Hay serios problemas para encontrar un empleo y, de hacerlo, que éste sea digno. Por eso la voz obrera, la voz de quienes reclaman dignidad y mejoras debe escucharse mucho más allá de la cita sindical. La cita de hoy no es algo que preocupe solo a los sindicatos, debe afectarnos a todos, debe sacar la protesta a la calle y no dejarla arrinconada en un comentario en las redes sociales o una queja en la barra de un bar. La protesta en la calle es la que significa, con su representación, que algo no funciona como debe. Y en el caso de marras, es evidente que queda muchísimo camino por recorrer y demasiadas metas que alcanzar. Hoy más que nunca el grito de los inconformistas debe oírse. Es la reacción moral y obligada.