La familia de Ossama recibió este lunes la peor de las noticias. El joven de 22 años al que buscaban desde hacía más de una semana era encontrado sin vida en una playa de Marruecos. Supieron que era él porque dentro del traje de neopreno guardaba la documentación. En otros casos se llevan a cabo entierros con la etiqueta del ‘sin nombre’ porque ni esa identidad se les puede devolver a los que siguieron una ruta bajo engaños.
Ossama será una estadística más en esos informes que difunden a los medios en los que cuentan con tantos por ciento el drama entre fronteras. A eso se ha reducido, a porcentajes. Ni un nombre, ni una historia… hasta en eso nos hemos convertido en inhumanos.
Se ha perdido incluso la figura de aquellos que acudían a hospitales a interesarse por los inmigrantes o ejercían su papel de Iglesia (la auténtica) abriendo las puertas del templo para acoger a subsaharianos heridos, evitando además que la Guardia Civil se los llevara en pleno centro de Ceuta para expulsarlos por la valla atendiendo órdenes políticas… fíjense qué recuerdos que deberían causar sonrojo y vergüenza entre demasiados.
Todo eso se olvidó, ahora vivimos en un mundo de inteligencia artificial, de porcentajes y de mensajes de pose en redes sociales mientras los desaparecidos, los muertos y sus consiguientes dramas son obviados. Las lágrimas por los desconocidos no afloran, tampoco la defensa de quienes dejan todo por echarse a un mar sin saber siquiera si llegarán.
Ossama era un joven de Castillejos cuya vida terminó tendido en un arenal con su traje de neopreno negro. De otros nada sabemos, pero tampoco nadie los busca. Hemos contado sus casos y difundido sus imágenes… da igual.
Este mundo avanzado, moderno, de causas sociales falsas olvidó sus valores, olvidó la defensa del débil, olvidó incluso el papel de las instituciones… lo olvidó todo. Es un drama que caiga Facebook e Instagram, no que muera un joven de 22 años.
¿ Pero esta que escribe este artículo, quién se cree que es, para querer hacernos culpables de lo que otros deciden hacer con sus vidas y de lo que al país del que proceden les importa un bledo? ¡ Ya está bien de contar las mismas historias todos los días !
" Es un drama que caiga Facebook e Instagram, no que muera un joven de 22 años." Yo añado: de lo que nadie tiene culpa, más que el propio protagonista y el país del que procede. Así de claro y asi de sencilo