La céntrica playa de Fuente Caballos, en Ceuta, ha amanecido este miércoles con su orilla plagada de unas curiosas vainas gelatinosas que habían sido arrastradas por el mar, probablemente por estos últimos días de levante.
Estos invertebrados habitualmente viven en “mar abierto, aunque las corrientes, el viento o los cambios de temperatura, pueden influir en una excesiva producción que los termina llevando hasta las orillas, especialmente en la zona del Mar de Alborán durante esta época, pues la temperatura del mar todavía no ha bajado mucho”, ha señalado Óscar Ocaña, biólogo marino y director de la Fundación Museo del Mar de Ceuta.
Para tranquilidad de todos, se trata de un organismo inofensivo, frágil, que suele formar hileras y al que es frecuente ver en otras temporadas del año, como el verano.
Pueden confundirse fácilmente con las medusas; sin embargo, su peligrosidad no es la misma. Esa es su diferencia fundamental: es totalmente inofensivo y son excepcionalmente frágiles.
Los habituales de esta céntrica playa de Ceuta han podido encontrar a lo largo de su orilla estos organismos de pequeño tamaño, aspecto gelatinoso y transparente.
“De una forma más específica, se trata de un tunicado (reino animal filo cordados; subfilo tunicata) que se asocia o agrupa para formar cadenas con individuos sexuados; es decir, son agregados pero no es una colonia propiamente dicha”, ha indicado el biólogo, agregando que su cantidad ha llegado a sorprender a quien ha podido observar este fenómeno a primera hora de la mañana.
Y es que cuando “aparecen masivamente es porque están en su fase gregaria”, es decir, “se movilizan en grupos o cadenas por motivos de reproducción”, que es lo que se ha podido ver durante esta mañana.
Sin embargo, Ocaña ha señalado que “desde el punto de vista ecológico forman concentraciones de cadenas que van viajando por la masa de agua y forman parte de la dieta de muchos organismos entre ellos algunos corales y vertebrados, destacando que son el alimento habitual de muchas tortugas presentes en nuestro litoral, como la tortuga laud”.
Se puede apreciar su similitud en apariencia con los plásticos que se encuentran en nuestros mares, lo que provoca serias intoxicaciones y problemas de flotabilidad de las tortugas, pero el biólogo ha destacado, ante todo, que “son inofensivas, no pican y forman parte de la cadena alimentaria de estas las tortugas laud, que están especializadas en alimentarse de plancton gelatinoso, que es la más sobresaliente en nuestras costas”.
Algunos ciudadanos, ante su escasa peligrosidad al contacto, han devuelto ejemplares al mar, aunque su ingente cantidad lo ha hecho casi imposible.