Sus arrugas se han bañado en la luz del proyector de la sala. Sus ojos, iluminados, han reflejado la satisfacción de ser uno más en la comunidad educativa del Campus de Ceuta. Este ha sido el retrato que ha manifestado cada alumno del curso 2024-2025 del Aula Permanente de Formación Abierta.
El equipo docente a cargo del programa ha decidido despedir este año con un acto de clausura. Los rostros de alegría han sido más que visibles durante la ceremonia, que ha arrancado con un breve discurso de Eugenia Rodríguez, coordinadora del proyecto.
Ha insistido en que no solo se da fin a este periodo con el evento, sino que también se ha realizado para “reconocer su valor para seguir apostando por la formación inclusiva y abierta en todas las etapas de la vida”.
“Voluntad”
Ha aprovechado la ocasión para resaltar algunas de las cualidades de los estudiantes que conforman la clase. “Hemos compartido con ellos experiencias, conocimientos y la voluntad de seguir aprendiendo”, ha detallado.
“La número 9 ha sido espacio de diálogo, entusiasmo y crecimiento personal. Las actividades culturales, visitas, talleres, celebraciones y salidas han permitido vivir los estudios como una vivencia completa de convivencia”, ha remarcado.
Rodríguez ha matizado que, desde que comenzó la andadura de esta iniciativa, “se ha ofrecido a cientos de personas adultas mayores la oportunidad de seguir adquiriendo saberes y creciendo en un entorno universitario”.
“Celebramos el cierre. Este es mi segundo año como coordinadora del aula, a la que estoy profundamente afiliada. Goza de una trayectoria de varias décadas y es un referente de la educación continua, de la participación social y del compromiso intergeneracional en la ciudad”, ha mencionado.
Homenaje a los que no están
El acto ha echado la vista atrás para recordar a todos aquellos que han tomado parte de esta clase, pero que, desafortunadamente, ya no están presentes. “Se han atravesado despedidas y bienvenidas. Todas esas personas formarán parte del recuerdo que os lleváis”.
El proyector ha revelado los nombres de esos compañeros cuya ausencia se ha hecho más patente en el tono festivo de este jueves. Ahmed Mohamed, María Rosa Ramón, Josefina Barba e Inés Garrido han estado en la memoria de los asistentes por unos minutos. “Permanecen con nosotros”, ha añadido. Una vez finalizado este breve momento de homenaje, se ha proseguido con un vídeo que ha resumido el espíritu de esta clase compuesta por ceutíes de la tercera edad.
Deporte, escapadas, intercambios de jornadas con estudiantes jóvenes y otras actividades han sido la columna vertebral de esta enseñanza que no pone límites a la sed de conocimiento.
Experiencia
Lola ha sido una de las alumnas que han asomado su mirada entre las butacas del salón de actos de la entidad, escenario en el que se ha llevado a cabo la ceremonia. Su entrada a esta aula le ha permitido volver a activar una faceta que estaba dormida en ella.
“Desde que me jubilé me hacía mucha ilusión participar en este proyecto. Me parece que es muy importante, principalmente, porque es necesario recordar todo el aprendizaje que ya se tenía adquirido o para aprender uno nuevo”, ha mencionado.
“Retirarse desprende de muchas cosas. Considero que es una oportunidad en Ceuta que debería aprovecharse más, es decir, que se apunten más personas a esta clase. Puede que exista cierto miedo. Hay quien pensará que no está preparado. Animo a los vecinos a que se animen y tomen parte de esto”, ha indicado.
“No solo se trata de ser más cooperativo. Es un momento en el que has terminado una etapa vital, ya sea como trabajador o como ama de casa. Es exactamente igual que lo primero porque en el segundo caso, se ha separado de sus hijos”, ha subrayado.
“Es relevante que las personas mayores tengamos relaciones y que no nos sintamos como tal. Es esencial ver que podemos compartir con los demás y que estamos igual de capacitados que el resto”, ha recalcado.