Los efectos que sobre Ceuta ha tenido la crisis sanitaria y económica, el estrangulamiento y posterior cierre de la frontera del Tarajal y la avalancha migratoria de mayo del año pasado han dificultado todavía más el desenvolvimiento económico en una ciudad cuyas singularidades solo admiten parangón con las de Melilla. En este momento la introducción de medidas eficaces para la generación de, sobre todo, empleo, no pueden esperar a la aprobación y posterior puesta en marcha del Plan Estratégico comprometido por el Estado.
No es admisible perder el tiempo sobre todo cuando es posible avanzar y solamente depende de la voluntad política.
Eso es lo que lastra la modificación del artículo 33 de la Ley de Sociedades, que no entró en los Presupuestos Generales del Estado y a la que le queda una semana para vehiculizarla a través de la tramitación parlamentaria de la de Empresas Emergentes.
El REF tal y como está articulado actualmente no está siendo suficiente para atraer a Ceuta a otros sectores económicos y conviene seguir el ejemplo de lo sucedido con el juego en línea, un éxito merced al tratamiento fiscal aprobado en 2018.
La reivindicación de la ciudad de implementar una serie de pequeños retoques en el REF para mejorar las bonificaciones de las entidades que cuenten con al menos un lugar fijo de negocios en la ciudad está más que fundamentada y además va ligada a la generación real de puestos de trabajo (con contrato laboral y a jornada completa).
Ahora le corresponde al Gobierno central y a los Grupos Parlamentarios demostrar hasta qué punto es real y se traduce en hechos su continuo “compromiso” verbal con Ceuta.