Vox acudió a la sesión plenaria de ayer con una única intención: reventarla. Lo consiguió, Ceuta ha vuelto a salir en los telediarios a nivel nacional y hemos sido referencia en buena parte de los medios de comunicación. La vida política, que debería estar centrada en solucionar los gravísimos problemas que hay en la ciudad, salta a la luz pública por todo lo contrario. Salta por broncas, insultos, suspensiones plenarias, enfrentamientos, por amenazas... Es un espectáculo barriobajero, impropio de unos diputados; un espectáculo tensionado porque hay una formación política como es Vox que únicamente quiere la confrontación y que además menosprecia abiertamente a quienes representan una ideología política distinta. Ese desprecio lo focaliza especialmente en MDyC y Caballas, a los que no duda de calificar de promarroquíes o traidores. Insultos con los que Vox solo quiere seguir moviéndose en el estercolero de la inmoralidad, de la mentira y de la bronca, ya que parece ser incapaz de sostener un ideario político constructivo, un programa, un plan de acciones para Ceuta.
Vox insulta, pero además también miente. Lo hace su propio líder supremo, Santiago Abascal, quien llegó a decir que no se le había comunicado la vista judicial para debatir sobre su concentración en la plaza de los Reyes y ha tenido que venir el TSJA para, en un auto, recordarle que sí se le comunicó dicha vista pero Vox ni siquiera acudió a la misma. Porque Vox hace eso: miente y solo busca generar bronca. ¿Qué es lo que hizo con el famoso mitin de Abascal? Una vez que la delegada del Gobierno prohibió el acto, sustentando dicha decisión en informes policiales y de la Guardia Civil, Vox recurrió la misma ante el TSJA para ‘vender’ que defendía la libertad de expresión. No es verdad, solo quería presentarse como una víctima de la Delegación, porque ni siquiera acudió a defender su postura en la vista judicial señalada con tiempo suficiente. Luego recurrió -ya es el culmen de la esquizofrenia política- una decisión judicial que ellos mismos habían obviado.
Pero Abascal prefirió mentir, como también mintió cuando dijo que los concentrados en la plaza de África le habían impedido dar una rueda de prensa. Falso. La pudo dar dentro del Parador, pero ni siquiera admitió preguntas.
El espíritu Abascal, ese que se materializa en dudar de la españolidad de muchos ceutíes por su religión, lo cumplen al dedillo los de Vox Ceuta. Lo cumplen y lo superan, porque el odio que exponen en sus propuestas llega a un límite que desgraciadamente, por justicia democrática, se tiene que aguantar.
El presidente Juan Vivas hizo gala ayer de un discurso para todos. Aparcó a un lado su ideario político y habló como presidente de todos los ceutíes para dejar claro que aquí, en Ceuta, se podrá intentar boicotear la convivencia, se podrá insultar a una parte de la población, se podrá usar los plenos para menospreciar a otras formaciones, pero está claro que nadie podrá usurpar una marca Ceuta que es la de todos, sean de la cultura que sean, sean de la religión que sean.
Vox puede pretender incendiar Ceuta, puede pretender humillar al contrario, pero otra cosa es que lo consiga. Con la convivencia no se juega, y la altura de miras que ha demostrado el PP, el PSOE, MDyC y Caballas se ha plasmado en sacar adelante una declaración institucional para defenderla, como también todas estas formaciones estuvieron donde debían en uno de los momentos más delicados para la historia de Ceuta, cuando su integridad territorial se veía amenazada por Marruecos y lo que hizo una clase política decente es constituir una piña, arropar al presidente de todos los españoles cuando se presentó en nuestra tierra y remar en la misma dirección.
¿Qué hizo Vox?: grabarse en la frontera, decir payasadas, pedir la intervención contra ¡mujeres y niños! y hacer su guerra particular que no es otra que buscar votos aunque para eso termine haciéndole el juego a Marruecos.
Todos contra VOX, ese es el lema. ¡ Quita de en medio! ¡Eres molesto y dices la verdad!. El objetivo último del periodismo es...LA VERDAD, por muy incómoda que sea.