Una de las propiedades que aprendíamos cuando estudiábamos Matemáticas era la propiedad biunívoca, es decir, en las dos direcciones; algo que no sucede, desde luego, en la frontera del Tarajal. Resulta que nos encontramos con que Marruecos permite abrir su frontera para el paso de autocaravanas que nos llegan desde el vecino país. Ya no hablamos de ciudadanos españoles, sino que nos llegan de otros países de la Unión Europea que, al final, su tránsito los tenemos que padecer los ceutíes. Sin embargo, esa correspondencia en un sentido no se ve en el otro, en la dirección desde Ceuta a Marruecos. Porque resulta que la Ciudad Autónoma se está viendo obligada a abrir polideportivos para acoger a trabajadores transfronterizos, todos marroquíes, a los que no les permite regresar a su país de origen y por otro, los inmigrantes adultos que normalmente son devueltos sin problemas todos los días a través del paso fronterizo por parte del Cuerpo Nacional de Policía. Ya no digamos los menores extranjeros no acompañados que son un caso diferente porque Marruecos, nunca, ni con la frontera abierta permite su recepción. En estos momentos, Ceuta es un oasis si nos comparamos con otros puntos del territorio nacional. Las autoridades nos están insistiendo en la necesidad de que permanezcamos en nuestros domicilios para que el coronovavirus no llegue a los efectos devastadores del resto del territorio nacional porque nada más que tenemos cinco casos en nuestra ciudad. Nos recomiendan no viajar, lo cual nos parece muy bien y tenemos que pedir un permiso especial a la delegada del Gobierno para que nos permita embarcar. Pero estos ocupantes de las autocaravanas no necesitan ningún permiso especial. Han montado una verdadera feria desde el Tarajal hasta el puerto. Y es normal que los ceutíes se sientan decepcionados porque alguien debe ser el responsable de esta bofetada sin mano que estamos recibiendo. Si es bueno que estemos aislados lo estamos para todo, sin permitir que unas personas que vienen también de un país que es zona de riesgo no se les haga ningún tipo de prueba a la hora de entrar en España, ni siquiera tomarles la temperatura. Ceuta está recibiendo una bofetada sin mano y la Delegación del Gobierno está obligada a dar explicaciones de lo que está sucediendo porque no nos pueden pedir que no salgamos y que luego permitamos que ciudadanos extranjeros se paseen por Ceuta para salir. Si la frontera está cerrada es para todos. ¿Dónde está la delegada y su equipo?