El Congreso de los Diputados dará luz verde hoy definitiva a la nueva Ley de Cambio Climático, que obligará a los municipios con más de 50.000 habitantes como Ceuta y a los territorios insulares a adoptar “planes de movilidad urbana sostenible coherentes con los planes de calidad del aire que introduzcan medidas de mitigación que permitan reducir las emisiones derivadas de la movilidad”.
El articulado de la norma establece que esa imposición deberá ser una realidad “no más tarde de 2023” con la creación de “de zonas de bajas emisiones”; la introducción de “medidas para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo, asociándolos con hábitos de vida saludables”; el establecimiento de “corredores verdes intraurbanos que conecten los espacios verdes con las grandes áreas verdes periurbanas”; y “medidas para la mejora y uso de la red de transporte público”.
La Ciudad Autónoma todavía no ha “definido y delimitado” cuáles serán las zonas de bajas emisiones que se propondrán en Ceuta, pero a finales de diciembre del año pasado sí trasladó ya al Ministerio de Transportes una manifestación de interés para “efectuar inversiones con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Europeo para la implantación de una plataforma tecnológica para de gestión de la movilidad sostenible” que propicie “la plena aplicación de la Directiva Europea sobre la calidad del aire que también exige que los Estados miembros definan zonas de control de la calidad del aire dentro de su territorio”.
La Ley de Cambio Climático que se aprueba hoy exige medidas en dos años
Según indicaron ayer fuentes de la Consejería que dirige Yamal Dris, “el sistema propuesto permitiría gestionar las zonas de bajas emisiones, aplicar y medir el efecto de estrategias de restricción de acceso a ellas y prever los episodios de contaminación que se van a producir a corto plazo gracias a la utilización de modelos de calidad del aire y avanzados que permitirán activar las medidas de restricción de manera dinámica y automatizada”.
De forma complementaria, el Gobierno de la Ciudad cree que “el despliegue de tecnología avanzada para la monitorización de la calidad del aire y el ruido, así como el control de tráfico, va a permitir disponer de información de alto valor para una planificación urbana inteligente y una adecuada toma de decisiones en la ciudad, acelerando la tecnificación y digitalización de la movilidad y el medio ambiente en Ceuta”.
La inversión para la implantación de ésta plataforma se estima “en torno al millón de euros”.
Y a ver si fomentamos el uso del coche eléctrico o híbrido. Se podría empezar por la flota de autobuses urbanos.