Encontrar un hueco en el mundo de la interpretación no es fácil, pero rendirse nunca debe ser una opción ante la adversidad. Esta es la actitud de Miguel Ángel Vega, un actor de Ceuta que persigue su sueño en Madrid desde hace 8 años y que ha conseguido un papel episódico en una serie nacional que lanzará su tercera temporada pronto.
Esta serie es ‘La nena’, la tercera parte de la saga ‘La Novia Gitana’ y ‘La Red Púrpura’, inspiradas en los libros de Carmen Mola y disponibles en Antena 3 player y Amazon.
Miguel Ángel Vega estudió Administración de Empresas en Sevilla, estudios que ejerce a día de hoy, pero su pasión y vocación se halla en el cine, el teatro, en la interpretación.
Algo hizo “clic”
Cuenta Vega que, a pesar de haberse iniciado en el mundo de la interpretación a los 25 años, el hito que “hace clic” en su persona y que despierta su vena artística y esa aspiración por ser actor se contextualiza en sus 11 años.
“Una noche no podía dormir. Estaba desvelado y me acuerdo de que me fui al salón de mi casa y estaba mi madre viendo una peli, que se llama ‘El apartamento’. Era en blanco y negro. Me senté con ella para conseguir dormir, y me quedé viéndola hasta el final. Algo se despertó en mí, no sé si fue por la interpretación, la peli en sí, pero algo en mí hizo clic. Y creo que, a partir de ahí, no lo sabía, me he enterado hace poco de esto, pero floreció en mí lo de ser actor”, cuenta con cierta ternura.
Ahondando en este papel episódico que ha rodado con ilusión Vega, según explica, su misión era adoptar el personaje de “un gitano del clan de los Macaya, que está en la cárcel, y le encargan…”, podría continuar, pero estaría haciendo espóiler a todos los seguidores de la serie.
Una experiencia “brutal”
“Ha sido brutal. Yo siempre lo digo, yo he empezado desde abajo, pero abajo, abajo, abajo. Incluso antes de ser profesional, era como una especie de hobby, y empecé de figurante, siendo como el último del último. Esto lo cuento bastante porque me gusta y me hace gracia. Los personajes tienen números, según su aparición e importancia; el número uno es el protagonista, el dos, a lo mejor es el antagonista… Aquí yo era el 53, y estaba súper ilusionado por tener mi número, porque nunca lo había tenido”, relata con ilusión.
“Poder entablar una conversación con el director Paco Cabezas, director de Umbrella Academy, de The Walking Dead; suya es la peli Adiós, de Mario Casas; de Wednesday también ha dirigido episodios; y estar yo ahí trabajando con ellos, pues son ocho años de trabajo, y oye, está dando su fruto”, continúa.
No tirar la toalla
Luchar, no tirar la toalla, no fustigarse y continuar es la premisa de Vega. Rendirse no es opción. “Yo me dije mira, tengo un personaje pequeño, con un director que es la hostia, que encima tuve la suerte de conocerlo en la unión de actores y fue genial, estaré con un actor que es Óscar de la Fuente, que me maravilló cuando lo vi en El Buen Patrón y dije, esta oportunidad la voy a aprovechar”.
Vega se propuso trabajar duro en casa, a preparar su personaje y a vivir esta oportunidad con profesionalidad. Disfrutar como un nene, eso es lo que consiguió Miguel Ángel con esta participación, así como aprender el oficio, que es muy importante, pues una cosa es estudiar o desarrollar tus propios proyectos y otra muy distinta adentrarse en el trabajo diario que requiere de eficacia y rapidez.
El oficio
“Cuando llego a esto, que ya es una serie, potente, con un equipo hecho, llegas nuevo, y tienes que resolver porque no hay tiempo, porque es el oficio, entonces, viví algo muy distinto, estar ahí con un martillo, tener que falsearlo, al actor no lo puedes tocar, luego la sangre, con un tubo metido por aquí -dice señalándose el brazo- , un compañero debajo mía con una jeringuilla gigante, golpeando cada vez que yo daba para que saliera sangre, o sea, una escena…, estuvimos cinco horas grabándola y, al final, es dar fe, pasártelo bien, jugar con el otro actor, etcétera”, detalla.
En escenas como esta es muy importante la profesionalidad y llegar con el personaje interiorizado y con una personalidad firme y segura enfocada a lo que el papel exige, pues un mínimo fallo supondría un cambio de vestuario, limpiar la sangre artificial derramada, etc; lo que conllevaría una pérdida de tiempo que es mejor evitar.
Paco Cabezas
A pesar del duro esfuerzo que conlleva la preparación de un personaje, una vez se pisa el set de rodaje, es el director quien tiene la última palabra. Acorde a lo explicado por Vega, el director le indicaba la intensidad con la que quería que el personaje se desenvolviera, así como otros aspectos, por lo que finalmente, la interpretación requiere de salidas rápidas y de saber adaptarse a las circunstancias, cumpliendo con lo que se pide y adquiriendo habilidades polifacéticas.
Para algunos, interpretar un personaje episódico puede saber a poco, pero para otros es una pequeña puerta por la que avanzar en el camino. Vega movió sus propias fichas para hacerse con este papel, pues “nadie te va a ofrecer un papel por la calle”.
“Hay que mover la energía”
“Hay que mover la energía, hay que ser proactivo, en este mundillo uno busca representantes, uno tiene que tener videobook, uno tiene que tener fotos profesionales, donde te puedan ver, etc. Vi que Laura Cepeda era la directora de casting de Paco Cabezas y yo tenía mi material currado. Le envíe el material a Laura por correo electrónico y trabajando un día martes a las 10 de la mañana recibí una llamada que me decía “hola Miguel Ángel Vega, soy Laura Cepeda, y yo me quedé como wow, wow, wow”, traslada con entusiasmo.
Cuenta Vega que para este personaje consiguió aumentar su peso en ocho kilos, pues el personaje lo requería, pues un sicario de la cárcel no podía aparentar debilidad o un físico débil, por lo que se lo tomó muy en serio y se pudo a trabajar duro. Esto supuso todo un reto para él y, a día de hoy, está muy orgulloso de haber conseguido lograrlo, independientemente de la importancia de su personaje. “Recuerdo que terminé reventado porque no paré de dar martillazos al aire”, agrega.
Recorrido
La idea que quiere transmitir Miguel Ángel es clara: profesionalidad siempre y la rendición no es opción.
Hasta el momento ha participado en series como Juego de Tronos, Machos Alfa, las Beguinas y ha llevado a cabo su propio proyecto, donde por primera vez adquiere un papel protagonista, un cortometraje llamado ‘Pólvora Mojada’, rodado durante dos años y que será presentado en festivales de cine nacionales e internacionales.
“Lo hemos presentado en Tarancón y ahora en Madrid, porque todavía no está terminado del todo, está en postproducción, conseguimos con esta gala la última parte de la financiación y ahora en Madrid”, señala.
Este proyecto lo ha llevado a cabo junto “a compañeros que son la hostia”, dice.
“Los locos tienen una imaginación ardiente”
“Vivir de la interpretación es muy intermitente, no hay una fórmula mágica, cada uno tiene su experiencia”, relata.
Vega quiere vivir de la interpretación, lo tiene claro, y como todo actor que lucha por sus sueños, lleva consigo una frase que, como él indica, siempre lo acompaña: “Los amantes y los locos tienen la imaginación ardiente”, de Antón Chéjov.