El parcheo de medidas para combatir el narcotráfico pone en evidencia el chapuceo para acabar con estas organizaciones criminales. Un parcheo que les permite continuar cometiendo sus fechorías apoyándose en una legislación insuficiente que pone en peligro a los guardias civiles y policías.
Ayer mismo, un guardia civil tuvo que ser evacuado al hospital Infanta Elena de Huelva con cinco costillas rotas en una persecución a una larcolancha. Ese es el día a día al que se enfrenta nuestros compañeros.
Hemos conocido la propuesta del Partido Popular para penalizar el transporte de combustibles para abastecer las narcolanchas. Una propuesta que trata de castigar a los narcotraficantes con penas de tres a ocho años. La propuesta ha sido valorada positivamente por las asociaciones profesionales de guardias civiles y sindicatos policiales, sobre todo, porque se pretende penalizar con condenas más duras los ataques a embarcaciones y vehículos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Estos colaboradores necesarios de narcotraficantes, “LOS PETAQUEROS: la intendencia de estas organizaciones”, tienen muy bien estudiado su forma de trabajar y nunca superan los 50.000 euros en los bienes que transportan para evitar penas de prisión que, por otro lado, son irrelevantes para los que superan estas cantidades. Se puede decir que es un trabajo sin riesgo de acabar en prisión por falta de una ley que penalice la gravedad del delito que comenten. Un negocio muy rentable y sin riesgo.
Hablamos de parcheo y lo hacemos con conocimiento de causa, porque desde AEGC hemos pedido en multitud de ocasiones ilegalizar las embarcaciones de alta velocidad y, por tanto, que se puedan intervenir, llevaran o no droga. Una petición cargada de razones, porque los guardias civiles estábamos hartos de ver salir o regresar a puerto estas embarcaciones sin poder actuar contra los narcotraficantes o, mejor dicho, la única medida correctora era proponerlos para sanciones administrativas que acababan en multas.
Cierto que se prohibieron las planeadoras, pero no se legisló suficientemente y se dejó de penalizar las embarcaciones de petaqueros, que son colaboradores necesarios para el tráfico de drogas en planeadoras al suministrarle gasolina.
Pero el chapuceo sigue con otras actividades a menor escala. Una actividad a la que se dedican cientos de personas, teniendo como precaución no superar los dos kilos de hachís, porque saben que con esta cantidad no ingresan en prisión. El riesgo se limita a pasar un día en dependencias policiales para quedar en libertad cuando son puestos a disposición judicial.
Desde AEGC llevamos años reclamando al Gobierno más jueces y fiscales para investigar a estas organizaciones criminales y evitar que se eternicen los procedimientos y atenúen sus condenas por dilaciones indebidas y, por supuesto, no nos cansaremos de reclamar más guardias civiles, policías y medios para combatir estas organizaciones criminales que ponen por delante el dinero a la vida de las personas.