Si bien hay que tomar como una muy buena noticia que la mayoría de los trabajadores ceutíes que estuvieron en ERTE ya estén reincorporados a sus puestos de trabajo, tomando en consideración que hace ya un año eran más de 3.000 los que estaban bajo esta medida de flexibilización laboral, esto no significa que haya que olvidarse de los 565 que todavía aguardan un anuncio a este respecto.
Los ERTE se asumieron como instrumentos para poder lograr que los empleos se mantuvieran a pesar de las implicaciones económicas derivadas de la pandemia. Y así fue. Pero pasada una etapa más crítica y con 80% de los ceutíes de vuelta a sus puestos de trabajo, hay que considerar la situación de esas más de 500 familias que están en una situación incierta por una prórroga paralizada y sin información clara sobre los avances.
Los sindicatos nacionales han dicho que no van a firmar ningún documento a menos que sea tripartito y su propuesta va hacia mantener una prórroga de acuerdo con las actuales circunstancias, planteando su desacuerdo con cualquier modificación del sistema de exoneraciones. Toca aguardar a que se celebre el Consejo de Ministros extraordinario y que en este se apruebe la prolongación de un mecanismo que ha sido fundamental para la protección laboral.
Por ahora se desconoce qué es lo que va a pasar mientras siguen avanzando los días hacia el fin de la prórroga actual que termina en apenas unos días: el 31 de mayo.