Las autoridades españolas y marroquíes han concretado este domingo por la tarde que el pago de un “depósito de garantía” de 1.500 dirhams (137 euros) por acceder a
Marruecos desde Ceuta no se exigirá a los conductores de cualquier bicicleta, como se ha pedido durante las últimas horas, sino solamente a los pilotos de patinetes y velocípedos eléctricos. Los ciclistas de largo alcance de la ciudad autónoma que habían reencontrado en el país vecino con la reapertura del Tarajal el espacio más propicio para esa afición en espacios más amplios que los de Ceuta sin necesidad de embarcar se habían topado con ese requerimiento para cruzar
el Tarajal. Varios de los que tomaron conocimiento directo de esa reclamación este domingo explicaron a El Faro que se trataría de un pago único a cambio del cual se les expediría un documento para transitar libremente en el futuro con esas monturas. Al final no se pedirá a los deportistas ordinarios, algunos de los cuales regresaron frustrados a territorio español. Se trata de evitar con ese “depósito de garantía” la venta sin control aduanero de
vehículos procedentes de la ciudad en el país vecino. “Las bicicletas pasaban sin registro antes del cierre por la pandemia, a diferencia de los coches y motos, que sí estaban sometidas al trámite de importación temporal, y quizá se quiera acabar con esa excepción”, interpretaron algunos de los preguntados que advirtieron que “en el futuro seguramente iremos conociendo otras normas nuevas porque la parte marroquí del paso se ha modernizado mucho”. Según algunos de los afectados directamente por la nueva reclamación del país vecino, que en días precedentes ya se había planteado de manera excepcional, “hoy [por ayer] varios ciclistas ceutíes han cruzado sin abonar la tasa como una especie de última excepción mientras se implementa del todo la medida y otros se han dado la vuelta hacia Ceuta”. En los primeros días de restablecimiento del tránsito por el Tarajal a los viajeros que utilizaban bicicleta para salir o entrar en la ciudad autónoma no se les requería ninguna tasa ni exigencia adicional para hacerlo. Así seguirá siendo salvo que cuenten con motor eléctrico y no exclusivamente humano. Desde el 17 de mayo las condiciones de cruce han ido variando ligeramente. Del veto radical inicial a portar cualquier mercancía se ha pasado a cierta laxitud: en España se acepta la entrada de productos en régimen de viajeros según estimen los guardias civiles de servicio que se acomodan al consumo de una familia sin que pueda dar pie a comerciar con ellos en Ceuta. En sentido inverso, la Benemérita es inflexible con cualquier indicio de porteo y en Marruecos no se acepta nada alimenticio y excepcionalmente ropa o calzado muy restringido.