Marruecos ha dado un giro radical a la posibilidad de renovación de los contratos de transfronterizos que trabajan en Ceuta tanto en determinados negocios como en casas particulares.
Un giro tan radical que, de entrada, pone en peligro el mantenimiento de todos esos contratos. En Ceuta hay algo más de mil personas transfronterizas dadas de alta en la Seguridad Social y con su contrato de trabajo en vigor que se verían afectadas si no hay cambios que varíen esta situación.
Y es que, desde hace unos días, aquellos transfronterizos que cruzan a diario la frontera y tienen que renovar su tarjeta, toda vez que la misma está presta a caducar, se están topando con un grave problema: las autoridades marroquíes no les dispensan el certificado de residente en Marruecos (el padrón) sellado de manera oficial, requisito indispensable en las renovaciones que se tramitan en Extranjería.
Marruecos solo dispensa ese certificado para obtener el DNI marroquí electrónico, nada más. A los transfronterizos que están acudiendo a solicitar ese documento sellado oficialmente para su entrega en Ceuta se les está indicando que ya no se da, que dicho documento ya no se entrega con esos fines.
Ante esta situación, muchas personas que están en trámites de renovación de su tarjeta no pueden hacerlo al no poder conseguir ese documento. La medida se ha adoptado sin previo aviso. Desde hace unos días se responde a todo aquel que va a solicitar ese documento que existe una nueva norma por la que ese certificado no se puede entregar ni validar con esos fines.
Una escalada de vetos que ahoga a los transfronterizos
Ya a principios de diciembre el colectivo de transfronterizos había trasladado su temor a que esto pasara, pero se les aseguró que todo iba a seguir igual. Desde hace unos días se ha constatado que no es así, ya que existe esta traba que impide la renovación de esa tarjeta.
Con anterioridad, a primeros de 2024, Marruecos anuló la dispensa de visados específicos de Ceuta y Melilla para las personas que iban a ser contratadas, lo que impidió de esta forma que se hicieran contratos nuevos. Ahora, con esta medida, lo que se impide es la renovación de los que ya existían.
Por aquel entonces, con el veto de los visados, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que estudiaría esa negativa para buscar alguna solución que la revocara. Es evidente, dada la realidad actual, que nada se hizo al respecto, sino que, al contrario, la situación ha empeorado.
Tras la reapertura de las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla después de la pandemia, todos los marroquíes que deseaban acceder a ellas debían contar con un visado específico al no consentirse el cruce de esos pasos solo con su pasaporte a los residentes en las regiones de Tetuán y Nador.
En algunos negocios de la ciudad, requieren de trabajadores llegados de Marruecos siendo un grueso de peso, por ejemplo, en la hostelería.