El talento de los ceutíes es reconocido fuera de la ciudad en repetidas ocasiones. Una de las más recientes ha sido en la ciudad de Valencia, donde no han dudado en premiar a la ceutí María Yessica Torres Gómez con el galardón al Mejor Trabajo de Fin de Grado del Colegio de Aparejadores de este exigente enclave.
Una distinción que le ha sido concedida por la excelencia demostrada en un proyecto realizado, precisamente, sobre uno de los edificios más conocidos de Ceuta: la Casa de los Dragones (nombre que recibe por las imponentes esculturas mitológicas que ornamentan su cubierta).
Esta ceutí desarrolló un ejercicio en el que tras exponer la historia y evolución de este lugar de la ciudad, proponía su transformación en un centro de día para la tercera edad. Una idea brillante ejecutada con maestría que hizo al jurado rendirse ante su discurso y otorgarle la distinción.
Curiosamente, este proyecto le llegó a María Yessica estando en Ceuta. Tras muchos años estudiando y trabajando duro en Valencia, decidió tomarse un tiempo sabático y aparcó, de manera momentánea, su carrera a falta únicamente de una asignatura y del trabajo de final de grado.
De pronto, un día, sonó el teléfono. Una llamada por parte de su tutor de la carrera que cambiaría su futuro.
Amante y estudioso del arquitecto que creó la Casa de los Dragones (José María Manuel Cortina), el profesor valenciano se puso en contacto con ella, al saber que era de Ceuta, para proponerle que llevara a cabo este proyecto.
Le pareció algo tan fascinante, que no lo dudó y se puso manos a la obra. Al estar en Ceuta, las cosas fueron más sencillas, ya que pudo contar con el apoyo del Archivo del Ayuntamiento y de los constructores Pérez Aragón, que le ayudaron mucho a obtener la información que necesitaba para la primera parte del trabajo, en la que trata la historia y evolución de este mítico lugar para luego proponer su transformación en un centro de día para personas de la tercera edad.
Tras muchas horas de estudio y dedicación, entregó el documento y, cuál fue su sorpresa cuando la llamaron para comunicarle que había sido premiada. Para recibir la condecoración, tuvo que viajar a Valencia donde, reconoce, estaba hecha un manojo de nervios al subirse al escenario. Y es que, lo de hablar delante de tanta gente no es lo suyo; aunque confiesa que fue emocionante y que nunca olvidará aquel momento en el que no dudó en dedicarle unas palabras a ese profesor gracias al que se adentró en una aventura que acabó con premio.
Ahora, María Yessica sigue su día a día en Ceuta, donde consiguió un trabajo en un despacho de un ingeniero de Caminos solo unos meses después de terminar la carrera. Esa que había aparcado y que un proyecto sobre un lugar de su ciudad le hizo retomar; curiosa casualidad.
A sus 42 años, además de trabajar, sigue formándose (realiza estudios sobre la denominada metodología BIM para la construcción), se siente afortunada de poder vivir y ganarse la vida en Ceuta, de donde no tiene intención de moverse, al menos, en un largo período de tiempo.
Sabe que en la Península hay proyecto que, por ahora, no se desarrollan en su ciudad, pero confía en que, poco a poco, las cosas cambien y pueda encontrar metas interesantes sin tener que dejar su hogar. Aunque, nunca se sabe; todo se andará.
Enhorabuena, Yessica! Alguna relación ya tuvo el edificio anteriormente con la tercera edad, cuando hubo un hogar del jubilado en la planta baja.
En hora buena, te lo merece por tu constancia trabajo. Y dedicación.