Queda establecido que el tráfico rodado es el foco principal y en el mismo estudio se aboga por la promoción del transporte público y modos no motorizados de transporte
El Pleno de la Asamblea aprobó hace unos años por unanimidad el Mapa de Ruidos de la Ciudad de Ceuta, un documento que señalaba que el tráfico rodado es el foco que resulta “claramente predominante y que determina los niveles ambientales existentes”.
En consecuencia, abogaba por promover el transporte público y modos no motorizados de transporte, por extender el proceso de peatonalización de nuevas calles, por garantizar el cumplimiento del límite de velocidad a 50 kilómetros por hora en las vías urbanas y por “restringir y regular” la circulación de vehículos pesados y el uso de bocinas.
Un problema para todos
El Mapa también destaca que el del ruido es “un problema global que requiere de la contribución de todos los agentes sociales y la ciudadanía para su solución”, por lo que Carreira ha subrayado que ve fundamental el desarrollo de una unidad didáctica específica que pueda desarrollarse en los colegios e institutos como parte del currículum educativo del centro.
El documento será determinante, por ejemplo, para la autorización o no de determinadas actividades. Las áreas acústicas se clasifican en sectores con predominio de suelo de uso residencial; industrial; recreativo y de espectáculos; terciario distinto; sanitario, docente y cultural que requiera de especial protección contra la contaminación acústica; “afectos a sistemas generales de infraestructuras de transporte u otros equipamientos públicos que los reclamen” y “espacios naturales que requieran una especial protección contra la contaminación acústica”.
Según el Mapa, en Ceuta “la afección originada por el ruido generado por de las actividades industriales y portuarias es prácticamente nula” gracias a que “la mayor parte de las zonas industriales, especialmente las portuarias, así como aquellas en las que se ubican las actividades pesadas y de mayores niveles de emisión sonora, están concentradas en el espacio y suficientemente alejadas de áreas residenciales u otras zonas sensibles”.
En relación con el ruido diurno, un 53% de la población está en situación “poco ruidosa”, con valores inferiores a 55 decibelios, 10 por debajo por debajo del Objetivo de Calidad Acústica (OCA) característico de zonas de uso predominante residencial.
Diferencias entre el día y la noche
En el caso del período vespertino, la situación es algo más favorable: un 58% de la población en esta situación. Para estos mismos períodos, un 16% de la población (12.700 habitantes) en el caso del período día, y un 12% (9.300 habitantes) en la tarde, se encuentran en “situación ruidosa o muy ruidosa”, es decir, expuesta a niveles superiores al OCA de 65 decibelios.
Con respecto al período nocturno, la población en “situación poco ruidosa” con niveles inferiores a 45 decibelios, supone el 34% del total pero el 37% (30.200 personas) está expuesto a niveles de 45 a 55 (“moderadamente ruidosa”) y el 29% (23.400 personas) por encima del OCA para uso residencial.
La explicación es que durante la noche “disminuyen notablemente con respecto a día y tarde las intensidades de tráfico pero los objetivos de calidad para este período de reposo son mucho más restrictivos”. Durante el día los distritos censales 3, 4 “y especialmente el 1”, el centro, son “los que concentran las afecciones más destacables”, algo “lógico”.