Manolo Morera, conocido por su faceta carnavalera en el carnaval de Cádiz y también como monologuista, llegará este domingo a Ceuta para presentar su show ‘No me enfado, per me da coraje’.
La cita será a las 19.00 horas en el Teatro Auditorio del Revellín, pero antes de eso, el cómico ha hablado con El Faro sobre su último espectáculo, su visión del humor y sus proyectos.
- Vuelve a Ceuta por segunda vez en el 2025. ¿Cómo se siente?
Contentísimo y súper satisfecho, la verdad. Lo digo cada vez que tengo la oportunidad y es que me siento muy querido en Ceuta.
Además, considero que es un público muy parecido al de Cádiz. Somos gente con un sentido de humor muy parecido, como que nos tomamos la vida, creo, de la misma manera. Y súper satisfecho y súper contento y con muchísimas ganas de volver este domingo.
- En esta ocasión presenta ‘No me enfado, pero me da coraje’. ¿Qué puede esperar el público de este espectáculo?
Lo que es característico en mí, el humor blanco, un humor muy constante, un humor para toda la familia. Y, sobre todo, a mí me encanta sacarle punta a la vida cotidiana, que cuando la gente escuche lo que voy a decir se sienta identificado o vea reflejado a alguien de su familia, a un vecino, a alguien que conoce. Cosas que nos van a sonar a todos y que normalmente nos paramos a reparar en ellas.
- ¿Es más de improvisar sobre el escenario o de ceñirse al guion?
Es un espectáculo que se basa en el guion, en algo que he preparado durante mucho tiempo, con una base de humor importante, pero a mí me encanta romper esa cuarta pared del teatro y que la gente entienda y perciba que lo que está viendo está vivo y que cualquier circunstancia que se pueda dar en directo, tenga algún comentario o se pueda sacar algo de humor de él.
- Natural de Cádiz, ¿qué diría que tiene el humor de allí que lo hace tan característico?
Yo creo que hay algunas cosas que son fundamentales. Una, la manera de sacarle punta a las cosas. Evidentemente el humor ni es exclusivo de aquí, ni somos los más graciosos del mundo, pero creo que por las circunstancias tenemos el sentido del humor muy desarrollado.
Tenemos una fiesta muy arraigada en Cádiz y que sí que es muy autóctona, muy típica, que son los carnavales de Cádiz y las agrupaciones, con lo cual estamos como muy acostumbrados a estar siempre creando y siempre sacándole punta a las cosas.
Y creo que hay cosas que nos diferencian que son, una, los golpes que le sacamos a temas que a lo mejor son muy tocados, muy tratados en redes sociales, pero que le damos un enfoque diferente o buscamos esa puerta oculta por la que meternos en el tema; y dos, creo, la forma de contarlo. A mí me parece que es fundamental no solo lo que se diga, sino cómo se diga, y creo que sí que tenemos una forma peculiar de contar las cosas.
- Hablando de Carnaval, ha formado parte del mismo durante muchos años. ¿Ha influido esa experiencia en su faceta como monologuista?
Claro, el carnaval de Cádiz no deja de ser un escaparate brutal, porque por suerte hay muchísimos enamorados y enamoradas del carnaval de Cádiz, y eso hace, para empezar, que cuando das el salto a lo profesional, aunque no tenga nada que ver el carnaval con la disciplina de un monólogo o del teatro, ya tienes ahí un público potencial que te conoce, que le gusta lo que haces y que te sigue.
Y después, en cuanto a la influencia directa en el humor, yo creo que por ejemplo es la constancia, ¿no? Cuando se hacen cuartetos, que era la modalidad donde más me he prodigado en el carnaval de Cádiz, la constancia en el humor, que haya golpes constantemente, se valora mucho. O dicho de otra manera, como que se penaliza el que no haya mucho esa constancia. Por lo menos cuando nosotros salíamos a nosotros nos penalizaba.
Tú un día estabas más de dos minutos sin hacer reír y parecía que lo que llevabas ese día no era tan bueno. Esa constancia en el humor como que la he conservado en el resto del espectáculo. Siempre intento que sea más y más y más golpes y que haya mucho humor, que sea muy constante, como digo.
- A día de hoy, trabaja haciendo reír a la gente, pero, ¿qué le hace reír a Manuel?
A mí me hacen reír muchas cosas, quizás lo más tonto. Hay una desgracia, vamos a ponerlo entre comillas, y es que como estoy tanto tiempo buscando humor y buscando la tontería, casi que me veo venir muchas veces las cosas. Entonces, no es tan fácil sorprenderme en ese ámbito, pero sí que es verdad que reconozco el humor de cualquiera. No tiene por qué ser ni profesional.
Yo creo que aquí en Cádiz, como he dicho antes, el sentido del humor está muy desarrollado y puedo estar un día ahí en el autobús y estar muerto de risa por algún comentario que haya hecho alguien totalmente improvisado en ese momento o el trabajo de muchos compañeros, por supuesto, que me encanta y que me hace disfrutar y me hace reír. Y ya te digo, tampoco necesito grandes cosas. Muchas veces de cualquier tontería mínima pues me hace muchísima gracia y la disfruto.
- ¿Cómo se prepara antes de subir al escenario? ¿Tiene algún tipo de ritual?
Sí, soy un poquito maniático para eso. Va a parecer una locura, pero siempre me tomo un ratito antes un caramelo. Concretamente, de la misma marca.
También siempre mi productora me tiene que echar un poquito de miel en el dedo y tomármela. Y bueno, siempre también yo como creyente que me considero, llevo a mis amigos, como yo les digo, encima.
Después, un ritual muy típico que tiene cualquiera, que es con mi equipo, lanzar ese grito de guerra que tenemos antes de salir y poner las pilas.
Por otro lado, el camerino de un monologuista es triste, porque claro, no es una compañía de teatro que hay siete para arriba, para abajo, vistiéndose, peinándose. Entonces, cuando yo llego, mi equipo está con las luces o con la escenografía, y esos momentos de soledad se quedaban como vacíos. Y un tiempo a esta parte hemos decidido poner música, cambiando un poquito aquello. Y concretamente hay una canción de Manuel Carrasco que siempre la lanzamos justo antes de salir. Así que fíjate si hay rituales ahí.






