Con la llegada del verano y el repunte de visitantes a la provincia de Rincón-Castillejos (M'diq-Fnideq, la región vecina de Ceuta), en el norte de Marruecos, las localidades costeras de Martil, Rincón y Castillejos experimentan una transformación radical.
A pesar de que esta afluencia de turistas supone un impulso para la economía local, también deja al descubierto una problemática social que se repite cada temporada con mayor intensidad: la expansión de mafias de la mendicidad y redes de trata de personas que operan con total impunidad.
Las calles y rincones más concurridos de estas ciudades han sido tomados por mujeres que, acompañadas por niños pequeños –en algunos casos varios a la vez–, protagonizan escenas que generan inquietud entre residentes y veraneantes.
La compasión de los transeúntes y la inacción de las autoridades
El uso de menores para provocar la compasión de los transeúntes se ha convertido en una práctica habitual, ante la inacción de las autoridades competentes que, según denuncian voces locales, siguen sin aplicar medidas contundentes para frenar el fenómeno, según publica presstetouan.com.
Propietarios de cafés, restaurantes y otros negocios del sector turístico denuncian una situación caótica. Según relatan, este tipo de mendicidad organizada deteriora la imagen de las ciudades costeras y afecta directamente su atractivo como destinos familiares.
Explotación infantil y "negocio de temporada"
En este contexto, actores sociales y responsables locales han encendido las alarmas: advierten del riesgo de que la explotación infantil ligada a la mendicidad se convierta en un lucrativo “negocio de temporada”.
La falta de vigilancia efectiva y de una respuesta jurídica firme alimenta la expansión de estas redes, que atentan contra la dignidad humana y vulneran los derechos de la infancia.
Mientras no se apliquen leyes que protejan a los menores y se combata la trata de personas de forma efectiva, el paisaje veraniego del norte marroquí seguirá marcado por esta realidad preocupante.
borrar nuestro pasado. no significa nada
..hay raíces en estas entrañas tierras que nadie puede cambiar .ni político ni osurpador .
aunque llamen otra cosa a nuestros pueblos eso no nos afecta..
dividir y después sumar ..me parece las matemáticas que le enseñaron al señor Yakubi .El rey de las palmeras en nuestra zona Norte del país.
Pienso que los ayuntamientos de zona costera de la provincia de tetuan, se tomen en serio en volver a darle los verdaderos nombres de los tres pueblos creados por Españoles, Rincon, Río Martil-N y Castillejos, no tiene nada de malo en Ello, en muchas comunidades de España hay muchos pueblos con nombres Arabes y no pasa nada, no se entiende la manía que tienen algunos de borrar la verdadera historia