Esta mañana ha tenido lugar en el Centro Cultural Estación de Ferrocarril la esperada presentación oficial de la restauración de la locomotora número 1 de Ceuta, conocida popularmente como el transporte de antaño entre Ceuta y Tetuán.
Aunque en un principio pueda parecer completamente restaurada, nueva y con un brillo moderno, lo cierto es que guarda mucha historia.
A pesar del impecable trabajo de restauración, se han respetado sus heridas de guerra, el paso del tiempo y los acabados amorfos, víctimas del óxido y la corrosión.
Personalidades presentes
El evento ha estado encabezado por Juan Antonio Hidalgo, director general de Comercio, Turismo y Empleo; y Gabriel María Fernández, técnico del área de Patrimonio Cultural de la Ciudad y director del contrato de restauración.
También ha estado presente Ernesto Sáenz de Navarrete, coordinador de la Fundación Premio Convivencia.
La restauración de esta locomotora histórica, que operaba en la línea Ceuta–Tetuán a principios del siglo XX, ha sido financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), a través de los fondos europeos Next Generation, y gestionada por la Consejería de Comercio, Turismo, Empleo y Deporte.
Se trata de una iniciativa que busca preservar el patrimonio industrial de la ciudad y posicionarlo como motor de atracción turística y que ha gozado de un presupuesto de 51.998, 96 euros.
Una restauración con alma
En palabras de Juan Antonio Hidalgo, la rehabilitación de esta pieza no solo responde a una necesidad de conservación, sino que se enmarca dentro de una estrategia más amplia de puesta en valor del patrimonio ceutí.
La locomotora se encontraba en un estado muy deteriorado. “La idea surgió hace un año, cuando Ernesto me mostró su lamentable situación. Desde entonces, nos propusimos recuperarla. Hoy, gracias al trabajo en equipo, podemos presentar este proyecto terminado que pronto será una atracción turística más de la ciudad”.
Restauración integral
El proyecto ha incluido una restauración integral del cuerpo de la locomotora, así como de su ténder (el vagón de carga de carbón y agua), respetando su estructura original.
Gabriel Fernández ha explicado con detalle el proceso técnico y patrimonial de la intervención.
“Nuestra intención no era devolverle un aspecto completamente nuevo, sino conservar su historia, su pátina, sus grietas, su personalidad. Esta locomotora, fabricada en 1917 por la American Locomotive Company (ALCO) es de donde venimos”.
Uno de los elementos más destacados de la restauración ha sido la recuperación del foco original, encontrado en uno de los almacenes municipales y reconstruido artesanalmente, así como la emblemática placa identificativa de la máquina, cuyo color original negro se ha recuperado tras una investigación comparativa con otras locomotoras de la época, pues se pensaba que era dorado.
Un espacio al servicio de la ciudadanía
El proyecto pretende hacer de la locomotora un punto imprescindible de turismo. Se habilitará un espacio didáctico y accesible en el interior del Centro Cultural Estación de Ferrocarril, con el objetivo de acercar al público ceutí y a los visitantes la historia ferroviaria de la ciudad.
“Después del verano comenzarán las pequeñas teatralizaciones con actores donde la locomotora será la protagonista y el público en general podrá conocer este bien que es de todos los ceutíes”, explica Hidalgo.
Una restauración laboriosa
En estos dos últimos años, miles de escolares han visitado el espacio donde se encontraba la locomotora, ahora lo podrán seguir haciendo, pero con unas vistas impresionantes. Incluso conserva grasa original fruto de su funcionamiento.
Con esta restauración, se abre la posibilidad de ampliar el acceso a todos los públicos, con una estructura reforzada que ahora permite el acceso seguro al interior, gracias a la instalación de un nuevo suelo, pues no se contaba con este; así como el reacondicionamiento de todas y cada una de sus piezas en detalle.
Trabajo en equipo y compromiso institucional
El acto ha servido también para reconocer públicamente la labor de los técnicos y profesionales que han intervenido en el proyecto. Juan Antonio Hidalgo agradeció especialmente al arqueólogo municipal Fernando Villada, al restaurador Sebastián García León, y al equipo de patrimonio encabezado por Gabriel Fernández.
“Ha sido un ejemplo de colaboración entre áreas. Cuando se trabaja en equipo y con compromiso, los resultados están a la vista”, afirma el director general de Comercio.
Presupuesto: 51.998, 96 euros
La restauración ha tenido un coste final de 51.998,96 euros y se ha completado en apenas cinco meses, “cumpliendo holgadamente con los plazos estipulados”.
La restauración de la misma se ha llevado a cabo in situ, en la Estación del Ferrocarril y, aunque ha supuesto un laborioso trabajo, el resultado es digno de admiración.
“Hemos hecho una auténtica artesanía del hierro, se han tenido que hacer piezas como hace 100 años, con la intención de recuperar incluso el color de la rueda”, concluyen.
Un símbolo del pasado, un motor para el futuro
La locomotora Ceuta no es solo una reliquia del pasado. Con esta intervención, se pretende que se convierta en un símbolo renovado del patrimonio ceutí y en un atractivo turístico de primer nivel, un imprescindible de la Ciudad en lo que a turismo y cultura se refiere.
La "idea" -creo- era unir el norte de África con el sur para desarrollo del comercio, industria, viajeros (eso del turismo... era pronto).
Pero el sátrapa Hassan mando levantar las vías con Ceuta y... puf, se acabó el tren, parte del trayecto urbano se reconvirtió en avenida de San Juan de Dios, el mismo lugar donde siglos antes el Foso San Felipe (¿os habéis enterado bien , caballas, ceutíes en general?... que el foso navegable es de las Murallas Reales)