Dos años de libertad vigilada para cada uno de los 2 menores que detuvo la Policía Nacional en Ceuta intentando embarcar para cruzar al otro lado del Estrecho forrados de hachís.
Engañaron a sus padres, no les dijeron que iban a Algeciras, y mucho menos a verse implicados en un delito de tráfico de drogas por el que han sido condenados.
Los dos amigos fueron detenidos por la Policía Nacional después de que los agentes comprobaran que habían mentido a sus progenitores y además descubrieran que tenían hachís adosado a las piernas y cintura.
La medida judicial dictada, según han concretado fuentes judiciales a El Faro, se notificó este mismo martes.
Forrados de hachís
A uno se le encontró adosado a la cintura y a sus piernas un total de 23 piezas rectangulares de hachís con uno peso de 2 kilos y 318 gramos. El otro amigo llevaba adosado a la cintura otros 2 kilos y 16 gramos de hachís.
En este caso el hachís venía marcado con símbolos distintos como las siglas THC, la cara de un gorila, imágenes de plátanos o de albaricoques.
Una vez detenidos fueron trasladados al Juzgado, imponiéndose esa pena de libertad de vigilada para los ambos.
Las consecuencias de la condena
La medida de libertad vigilada supone que los dos menores van a estar bajo control y seguimiento del área para cumplir los dos años establecidos por la acción realizada y penada.
En la medida de libertad vigilada, el menor infractor está sometido, durante el tiempo establecido por la autoridad, en este caso 2 años, a una vigilancia y supervisión a cargo de personal especializado con el fin de que adquiera las habilidades, capacidades y actitudes necesarias para un correcto desarrollo personal y social.
Además, durante el tiempo que dure, el menor también deberá cumplir las obligaciones y prohibiciones que, de acuerdo con esta Ley, el Juez puede imponerle.
Otra detenida más
En otro servicio que se suma al de estos dos menores, la Policía procedió a arrestar a una mujer cuando accedía al interior de la zona de embarque y no se detuvo en el filtro de control peatonal, por lo que fue requerida por una agente policial.
Ese gesto fue el que la delató y el que motivó, tras ponerse nerviosa, que se procediera a su registro.
Al pedirle que mostrara su documentación no supo reaccionar, tampoco sabía responder de una forma clara a las preguntas que se le hizo relacionadas con su estancia en Ceuta y el motivo de su viaje.
Por tal motivo se procedió a hacerle el correspondiente cacheo superficial, comprobando que llevada un bulto adosado al cuerpo con cinta de carrocero de color blanco y encima de ese bulto llevaba una faja.
Después le fueron localizados dos envoltorios más. ¿Qué llevaba? Cien bellotas de hachís que arrojaron un peso de 1 kilo y 150 gramos. Se suma a las decenas de casos detectados en ese repunte de tráfico de drogas desde Ceuta a Algeciras.
Repunte del hachís en la línea del Estrecho
Las fuerzas de seguridad han alertado de un aumento de las intervenciones relacionadas con el tráfico de drogas a pequeña escala, es decir, servicios que se saldan con arrestos de las llamadas mulas del hachís, personas que entregan sus cuerpos para ser adosados con esta mercancía o incluso llevarla en el interior de sus organismos.
En este 2025 se han producido más detenciones que siguen el modus operandi: adultos y menores que llevan pocas cantidades de hachís y que buscan distintos horarios de la ruta del Estrecho para pasar sustancias estupefacientes de Ceuta a Algeciras.
Los agentes tiran de pericia para dar con quienes terminan incluso evidenciando con su actitud que están ocultando algo. Y ese algo es ilegal.
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