Hoy es el gran día. A partir de las 20.00 horas este pueblo devolverá al doctor Abdelkrim solo un poquito de lo que él hizo por muchísima gente. Un poquito en forma de estatua en el lugar en el que siempre estuvo y sigue estando, su Hospital.
La familia del doctor estará feliz, al igual que Abdelkader, que tanto ha luchado para que le hicieran caso, pegando a multitud de puertas para que su familiar y amigo tuviera el reconocimiento debido. Hoy es un día muy especial para ellos pero también para todos aquellos que apreciábamos a quien, en algún momento de nuestra existencia, estuvo a nuestro lado, peleó hasta lo que pudo por salvar vidas, nos dio ánimos, empatizó con nosotros... No hay familia en Ceuta que no guarde un recuerdo de Abdelkrim, que no haya tenido que estar a su lado, confiándole su salud. Abdelkrim ha hecho mucho por los ceutíes pero también por quienes no lo son, peleándose por todo aquel que viera enfermo, desvalido, viniera de donde viniera.
Recuerdo en el viejo Hospital, en la parada de autobús situada justo en frente, al doctor Abdelkrim intentando sanar la pierna de un trotamundos que había recalado en Ceuta, que vivía de la mendicidad y que a nadie dejaba que le tocaran sus heridas. Todos veíamos a aquel hombre pero nadie se paraba a su lado para intentar ayudarle, para hacerle entrar en razón.
Recuerdo esa niña enferma que vino desde Marruecos y a la que el doctor trató como si fuera su hija. Se desvivió porque saliera adelante. Miles de recuerdos, de escenas... cómo paraba en medio de la carretera si hacía falta para atender a alguien, cómo dejaba el coche en cualquier lado para ir corriendo a los sitios, cómo pedía mil y una pruebas de cada enfermo que llegaba a sus manos hasta dar con la causa del mal.
Abdelkrim era así, era el vivo ejemplo de un hombre hecho por sí mismo, entregado, solidario, retrato de unos valores cada vez más ausentes en la sociedad.
El doctor, nuestro doctor, recibió en vida varios homenajes; ahora también tendrá su merecido reconocimiento en el lugar que sin duda más le hubiera gustado a él. Su segunda casa. Ahí lo tendremos por siempre.