La flota de vehículos que a diario sirve de particular ‘porteo a cuatro ruedas’ está controlada, en su amplia mayoría, por tres dueños.
Se trata de los responsables de más de cien coches que son utilizados por terceras personas para la carga, traslado y descarga de bultos adquiridos en el polígono del Tarajal. Constituyen, de hecho, uno de los principales problemas para las fuerzas de seguridad, por cuanto les dificulta el control sobre la salida de mercancía a sabiendas de que, cada vez más, esta es la vía explotada por los porteadores. Es tal el negocio que hay montado en torno al tráfico del bulto, que ofrece la rentabilidad suficiente a quienes figuran como titulares reales y únicos de estos coches. La problemática de su control es evidente ya que la arquitectura que ofrece hoy por hoy el Tarajal impide que pueda llevarse a cabo un registro exhaustivo de cada coche y éstos son empleados como las mejores vías para sacar mercancía lo que termina colapsando el tráfico rodado.