Es difícil entender una rueda de prensa como la de Vox. En serio, resulta complicado. Que consideren un calendario laboral “marroquinizador” o “infame” simplemente porque incluyen dos fiestas importantes de nuestra ciudad, dos fiestas claves para una parte de la población de Ceuta, la musulmana, que es igual de española que el resto, es de chiste. Ellos lo dicen, han elegido ese papel de figurines políticos con altavoz mediático porque es su estrategia, la de su partido. Lo grave llega de la mano de los que sostienen esas ideas, de los que de forma cobarde te pueden sonreír de cara a la galería porque sencillamente no quieren problemas ni saben debatir lo carente de fundamento, pero luego por la espalda avalan esa hilera de barbaridades. Y lo grave llega de quienes, sin que nadie les hayan otorgado dicho papel, salen a escena a erigirse en los defensores de la españolidad, como si el resto fuéramos los infiltrados.
El calendario laboral que se aprobará el viernes debía haber obtenido el respaldo hace ya tiempo. Incluir como festivo un final de Ramadán y una Pascua del Sacrificio significa reconocer las dos grandes fiestas de una parte de la población española y de Ceuta que no tiene por qué andar justificándose cada vez que ocurre algo, ni tiene por qué colgar la bandera de España en el balcón ni llevarla de pulserita o en la mascarilla último modelo. No. Uno es español y se siente español sin esperpentos, uno lo demuestra sin tener que darse golpes de pecho o venir a dar lecciones interesadas de historia. El calendario laboral debe suponer el reconocimiento de una sociedad y Ceuta da un ejemplo al resto del país aprobando un calendario que viene a reconocer lo que somos. Otra cosa es que a algunos no les guste, otra cosa es que algunos quisieran levantar muros en plena ciudad para separarnos por barrios y avanzar en las diferencias en vez de en el conocimiento y respeto.
Eso no es ser español ni defender la identidad de Ceuta, eso es ser un kamikaze. En estos tiempos en los que nos venden de todo, en donde se aprovechan de las tensiones, hay quienes solo aspiran a ser algo a base de generar recelos y de mover el avispero. No les interesa el calendario laboral, solo quieren seguir estirando el chicle de un discurso por puro interés. Ni por Ceuta ni por España.
A veces cuando te encuentras o conoces o averiguas que alguna gente no te conviene como si su alento es repugnante o miente o tiene un espiritu malvado dentro o no es de fiar o stupido o prohibido como una mujer casada veo que dejarlos mejor que mostrarlos pero de verdad a quien le importa lo que dices asuntos de baja calidad filosofica pero es la causa de tanta libertad la cuestion es como mantener el interes y la continuation pienso con temas que permiten discussion para conocerse de lejos y que no tienen nada que ver con esta isla o sea que el telefono va convertiendose en ese libro de antes de pasatiempo como textos de novelas cotidianas en fin que nos interesa del periodico para verlo Europa quien decide actualmente y va hacia el christianismo mas que antes y permite las minoridades dentro de ahi es facil ir a otra parte disculpen el language pero es de verdad que el processo democrtatico es tambien religioso
La Sra. Echarri es casi una profesional de la indignación. “El que frecuentemente se indigna con el tiempo, la única energía que le queda es para la decepción “(Cioran, “Pensées étranglées” trad.pers.).
Indignarse es en ciertas ocasiones un signo de impotencia, en otras un mecanismo de defensa que nos permite tener una imagen aceptable de nosotros mismos. Lo que hace falta es menos indignación y más análisis y propuestas con la cabeza despejada. Pero claro para eso hay que sacar la cabeza por la ventana y salir del ensimismamiento local. !Con lo que está pasando en el mundo!
Creer que con una sabia dosis de coexistencia religiosa se va arreglar todo es creer que el agua y el aceite pueden mezclarse. Lo que hace falta es señalar que las religiones son exclusivas y que no puede construirse una identidad nacional o local a partir de una identidad religiosa. Hace falta que algunos propongan una sociedad laica donde las religiones sean del ámbito de lo privado. La carnicería de la fiesta del sacrificio, el blasfematorio “Cristo de la Muerte”, las patochadas profesionales que son el hazmerreir en Europa, creer en esa coexistencia esperpéntica no es una solución, una alucinación. España no ha salido de la alienación postridentina ni del nacional-catolicismo. Y ahora que no cabemos en casa sale el islamismo.
"Lo que hace falta es señalar que las religiones son exclusivas y que no puede construirse una identidad nacional o local a partir de una identidad religiosa".
Ese es el gran problema de esta ciudad, donde unos y otros se retroalimentan en su odio, a veces me pregunto si aún estamos en la edad media.
Acertada reflexión.