Según dicen -y debe ser verdad- proceden de 193 países., cuyas banderas ondean con orgullo. Según dicen -y también debe ser verdad- suman un millón y medio. Han venido a Madrid atendiendo la convocatoria de S.S. el Papa Benedicto XVI, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, conocida por sus siglas como JMJ., iniciales que igualmente pueden significar las tres palabras con las que titulo esta colaboración: Jóvenes Magníficos Juntos.
Porque basta con ver las imágenes que nos transmite la televisión para comprobar que forman un conjunto de jóvenes excelentes, llenos de entusiasmo, con la sonrisa a flor de labios, soportando largos viajes, el calor, las apreturas y las demás molestias que ha de comportar una multitud así, movidos por su fe. Una pancarta en inglés lo decía todo con pocas palabras: “We are a family”. Sí; son una verdadera familia, son la garantía de la perdurabilidad de la Iglesia de Cristo, son el futuro y son un ejemplo para todos los católicos y asimismo -¿por qué no?- para todos los demás.
Por soportar, hasta han tenido que aguantar los insultos e incluso los malos tratos de participantes en la manifestación conocida como “anti-Papa”, allá en la Puerta del Sol, centro geográfico de España que determinados individuos están empeñados en convertir en territorio comanche (y que perdonen los comanches). Nunca debió autorizarse, y mucho menos con un itinerario que, inevitablemente, conducía al encuentro. Según la Policía, la citada manifestación reunió a cinco mil personas. Los organizadores han declarado que esa cantidad desbordó sus previsiones. Ellos, cinco mil, y el Papa contra el que se manifestaban, un millón y medio. Afortunadamente, las diferencias adquieren magnitudes astronómicas.
Dentro de un perfecto ambiente de comunión y comprensión mutuas, hemos podido ver. por un lado, la lógica vitalidad de estos jóvenes ejemplares, y por el otro, la admirable fortaleza de un hombre de 84 años, Benedicto XVI, lleno de energía, saludando a la multitud, participando en largas ceremonias, pronunciando discurso tras discurso y sembrando con constancia una semilla que, sin duda, fructificará. Viéndolo, resulta más incomprensible todavía que haya quienes se manifiesten contra él, siendo como es una persona cuyo rostro rezuma bondad e inteligencia, cualidades que, además, demuestran sus obras. No le perdonan ni que sea el sucesor de San Pedro ni que siga la doctrina moral de la Iglesia.
He leído que más de cien jóvenes residentes en Ceuta están participando en estas jornadas. Me alegra, porque nuestra ciudad, con sus raíces cristianas, no podía dejar de participar en un acontecimiento como éste. Les deseo lo mejor.
Y, para terminar, una anécdota directamente relacionada con el tema, de cuya veracidad respondo.. Unas personas estaban viendo por televisión la ceremonia celebrada en Cibeles, que, tras haber cruzado por la Puerta de Alcalá, presidíó el Papa. Cuando el sacerdote encargado de hacerlo pronunció la frase “Lectura del Santo Evangelio según San Mateo”, una señora, que había entendido mal, gritó indignada: “¡Lo que faltaba, el Evangelio según Zapatero!”. Así. aunque parezca una broma, sucedió de verdad en Ronda, justo junto al famoso Tajo.