En una jornada marcada por la curiosidad ciudadana y el impecable despliegue de la Armada Española en Ceuta, los ceutíes han podido vivir este domingo una experiencia esperada por todos: subir a bordo de dos de los buques más emblemáticos de nuestra flota, el portaaeronaves Juan Carlos I y la fragata Blas de Lezo; en este último viaja a bordo la princesa Leonor.
Ambas unidades se encuentran atracadas en el Muelle España como parte del despliegue Dédalo 25-2, que las mantiene operando en aguas del Atlántico y el Mediterráneo durante los meses de junio y julio.
Acceso limitado pero impresionante
Aunque el acceso para el público general ha estado limitado a ciertas zonas de los buques y bajo la estricta instrucción de no tomar fotografías en el interior, cientos de personas en grupos, ya sea de amigos o familias, han acudido a la cita.
La Blas de Lezo ha recibido visitas hasta las 13:00 horas, cumpliendo con el horario previsto. El Juan Carlos I mantendrá sus puertas abiertas desde las 16:00 hasta las 20:00 horas.
Visita guiada por el capitán
Los medios de comunicación sí han tenido la oportunidad de conocer el interior del Juan Carlos I en un recorrido exclusivo guiado por el propio capitán de fragata, José Manuel López Navarro.
Con un trato exquisito, López Navarro ha mostrado a la prensa zonas habitualmente vetadas al público, como el comedor de oficiales, la enfermería del buque y otros compartimentos. Durante el recorrido, el capitán ha explicado con detalle cómo es la vida a bordo para los 295 miembros de la dotación, incluyendo la complejidad logística que supone mantener operativo un buque de tales dimensiones y el esfuerzo físico que requiere recorrer un buque de esta extensión.
Es impresionante descubrir la gran cantidad de vehículos de guerra que esconde su interior, despertando el asombro de quienes lo presencian.
231 metros
El Juan Carlos I, con sus 231 metros de eslora y 26.000 toneladas de desplazamiento, es actualmente el mayor buque de guerra construido en España y símbolo del poder naval nacional. Este buque multipropósito, diseñado y construido íntegramente por la industria nacional, puede operar hasta 30 aeronaves -entre helicópteros y cazas AV-8B+ o F35B— en función del perfil de la misión. Es una plataforma tecnológicamente avanzada, adaptada para actuar como portaaeronaves o realizar operaciones anfibias gracias a su capacidad de despliegue de tropas, vehículos y medios aéreos.
Por su parte, la Blas de Lezo, una fragata F-100 equipada con avanzados sistemas de combate AEGIS, no ha pasado desapercibida para los visitantes. Muchos se han acercado especialmente para conocer el buque que transporta a la Princesa Leonor en una de sus navegaciones oficiales.
La 'Blas de Lezo', la joya de la corona
La dotación de la Blas de Lezo ha recibido con amabilidad a los visitantes, ofreciendo explicaciones didácticas sobre los sistemas de armas, la labor de vigilancia marítima y el papel clave que juega la fragata en operaciones internacionales.
Ambos buques forman parte del Grupo de Combate Expedicionario Dédalo, una agrupación que incluye también unidades anfibias tipo LHD y LPD, infantería de marina embarcada, un buque de aprovisionamiento, aviación de ala fija y helicópteros, según indican en la página oficial del Ministerio de Defensa.
Escala en Ceuta
La escala en Ceuta, que se prolongará hasta el lunes 23 de junio, tiene un claro objetivo estratégico: reforzar la presencia de la Armada en la región, mostrar su capacidad operativa y acercar a la ciudadanía a las Fuerzas Armadas.
Estos despliegues muestran la capacidad de la Armada para liderar y proyectar una fuerza expedicionaria en y desde la mar y en su caso, integrar e interoperar con otras unidades o agrupaciones del resto de países de la Alianza.
Una experiencia inolvidable
Para los más pequeños, la jornada ha sido una experiencia inolvidable. Muchos han salido del buque con los ojos brillantes, soñando con ser marinos, pilotos o infantes de marina. “Mira, ahí cabe un tesoro”, se escuchaba entre los pequeños.
Los rostros de asombro al ver los helicópteros en cubierta, los pasillos interminables y las gigantescas compuertas del Juan Carlos I han sido testimonio claro de que esta jornada ha reforzado el vínculo entre la Armada y la sociedad civil.
Al servicio de España
Estas visitas no solo sirven para mostrar las labores de la Marina Española, también para recordar a todos que estos están al servicio de España y de su ciudadanía.
El éxito de la jornada abierta confirma la excelente acogida de estas iniciativas por la población.