Durante varios años, los vecinos de la zona de playa Benítez se han estado quejando de la misma situación: señalan que se acumulan desperdicios y que huele muy mal, algo de lo que también se ha hecho eco la Asociación Defensa del Arbolado Urbano, la Biodiversidad y el Medio Ambiente (Daubma) que advertía en 2024 sobre el inconveniente con los desagües.
Los afectados insisten en que se trata de aguas fecales, algo que tras una denuncia el año pasado fue negado por Acemsa, que detalló que el problema era un sumidero de agua de lluvia que se mantiene cerrado los meses de verano.
Sea cual sea el origen, el reclamo de los vecinos es que la situación de solucione de una vez por todas.
Están hartos de vivir lo mismo año tras año y que algo tan simple y placentero como pudiera ser una caminata en la playa o cerca de la misma sea prácticamente imposible por la incomodidad que generan los malos olores y la cantidad de desperdicios, incluyendo toallitas, con las que se topan quienes deciden aventurarse a visitar la zona.
Los afectados denuncian que “la playa huele a caño” y exigen que esto se solucione lo antes posible para no pasar otra temporada con el mismo problema de siempre.






