Como los cirios a la vista y las torrijas al paladar, hay un olor que transporta al que lo percibe a la Semana Santa. Los inciensos forman parte de la tradición religiosa en estas fechas, tanto dentro de las iglesias como en las calles de Ceuta. Y en un segundo año en el que estas celebraciones se han cancelado o reducido por la pandemia, muchos feligreses han buscado rememorar aquellos momentos de emoción y devoción al colocar incensarios en sus casas y balcones. Tanto, que las existencias se han agotado en algunos comercios, como la ‘Mercería Luis’.
“El incienso es un preparado de resinas aromáticas vegetales a las que se añade otras esencias”, explican desde este negocio de la calle Beatriz de Silva. El producto se utiliza “durante todo el año, en especial los viernes”, matiza Mari Paz Márquez —copropietaria de la mercería—, aunque se vende aún más en Cuaresma y la Semana Santa: “Se utiliza a modo de purificación y devoción cofrade”. Su uso es un signo “de alabanza y respeto”.
Cada hermandad, el suyo
Hay muchas combinaciones de aromas; cada hermandad puede personalizar la suya, según explica Benjamín Villada Jiménez, fundador de ‘Comercial Arte Sacro’. La empresa echó a andar en septiembre de 2020, después de ver las necesidades de las parroquias y los fieles de Ceuta durante el confinamiento y los meses posteriores, y opera a través de las redes sociales.
Existen múltiples tipos de incienso: Esperanza, Vaticano, Gótico, Litúrgico, Gersemaní... El más vendido en la ciudad autónoma, coinciden Márquez y Villada, es el de Los Tres Reyes. “Lleva mucha mezcla, con rosas y azahar; es un olor muy peculiar aquí en Ceuta”, asegura el fundador de ‘Comercial Arte Sacro’. Benjamín Villada añade que también es popular el de la Madrugá: “Es un incienso más serio, pero a la vez muy aromático, y lleva muchos componentes que lo hace muy particular de la Semana Santa sevillana y también de aquí”.
Esta empresa ceutí vende 10 variedades. Durante la Cuaresma dispusieron un estand en colaboración con ‘La Pollinica’, y hoy lo instalarán en la iglesia de San Francisco, con la Hermandad de las Penas.
Además de elegir un buen producto es indispensable tener “un buen recipiente”, aconseja Villada: “Un incensario de barro cocido típico, con forma de nazareno”. El material es importante para mantener bien el calor. “No cualquier pastilla vale, tiene que ser carbón litúrgico porque es el que dura más. Otros tipos se consumen muy rápido y huele mucho a lo que es el carbón. Se distorsiona el olor”, aclara el ceutí. Aunque no hay pasos, este año se puede sentir el aroma a incienso en las calles, porque muchos ceutíes han optado por encenderlos en casa. Y lo hacen, como señala Mari Paz Márquez, para quitarnos “esa espinita” y continuar con “la tradición, alabanza y devoción al Señor y a la Madre de Dios”.