El drama de las asesinadas por violencia de género (más de mil en toda España desde 2003) es solamente la punta del iceberg de la situación de desigualdad estructural que entre hombres y mujeres persiste en nuestra sociedad pese a los avances conseguidos durante los últimos años. En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las féminas siguen cobrando de media en la ciudad más de 6.000 euros al año menos que los hombres.
El paro y la pobreza también tienen rostro, sobre todo, de mujer en Ceuta.
Las instituciones, pero también multitud de partidos, sindicatos y entidades sociales han ido dando en la ciudad cada vez más resalte a una jornada que supone un desafío esencial para todos: acabar con la discriminación en cualquier ámbito donde se produzca de la mujer.
Se trata de una tarea que tiene un vector fundamental de desarrollo en el ámbito educativo, donde germinan los males que posteriormente se traducen en comportamientos inaceptables que cada vez deben tener menos no ya aprobación, sino ni siquiera consentimiento social.
En el rechazo unánime del machismo estos tiempos se han topado con los negacionistas, que amenazan con condicionar unas políticas que tendrían que ser abrazadas por los representantes públicos de todo el arco parlamentario con independencia de su ideología, pues los valores de igualdad, respeto y equidad deben prevalecer como pilares básicos del desarrollo de cada persona a nivel individual y colectivo. La igualdad debe ser un motivo de colaboración y de unidad hoy y todos los demás días del año, pues solo por ese camino se puede conseguir que sea una realidad.
Todo muy bonito en teoría....