Al frente de la parroquia de Santa Teresa, situada en el barrio de Hadú de Ceuta, se encuentra el padre Guillermo María Alberto Hernández, que se hizo cargo del templo a mediados del mes de septiembre. Natural de San Fernando (Cádiz), ha pasado gran parte de su carrera sacerdotal en Venezuela y ahora llega a la ciudad autónoma en una etapa que afronta con mucha ilusión.
La primera pregunta es un poco obligada, ¿Cómo afronta esta nueva etapa?
Se afronta con muchísima ilusión. Me dieron la noticia a comienzos de septiembre y digamos que fue una cosa que me sorprendió y vine con muchísima ilusión. Sabiendo los retos, no solamente de Ceuta sino también en la Iglesia en general, con los retos de evangelización que afronta hoy en día al Iglesia.
¿Cómo ha sido esa acogida por parte de la feligresía?
Muy buena, están muy contentos. Los feligreses han estado conmigo y me han dado una acogida muy cariñosa. Es una feligresía muy entrañable con personas amables que se han puesto a mi disposición en todo lo que me haga falta. Tengo que decir que estoy muy contento.
Hablemos ahora un poco de un asunto más personal, ¿Cuándo siente usted esa llamada de la Iglesia?
Digamos que cuando era joven, como cualquier otro de mi época, conocía muy poco de lo que era la Fe y la Iglesia Católica. Pero, como pertenezco a las comunidades Neocatecumenales, al escuchar una catequesis esta cambió mi vida totalmente. Todo ello dio lugar en que al continuar avanzando en la Fe fui descubriendo la vocación sacerdotal y a mis 25 años puse mi disponibilidad a formarme como sacerdote, pero sobre todo como sacerdote misionero.
El Camino Neocatecumenal impulsa unos seminarios, que se llaman ‘Seminarios Redentoris Mater’, que son Diocesanos Internacionales. Por eso yo fui sorteado a cualquier seminario que me pueda tocar en cualquier parte del mundo y fue en Venezuela. Allí me formé, me ordené sacerdote y estuve mis primeros 10 años en un barrio periférico de Caracas.
¿Cómo fue esa experiencia en Venezuela?
Fue una experiencia muy enriquecedora, porque es un país en el que se sufre mucho, hay muchas necesidades y existe otra idiosincrasia que en España. Fue una experiencia muy rica, con muchísimas alegrías y cosas tristes pero fue una experiencia muy rica donde aparecían varias realidades de la vida.
Ha estado ejerciendo su vocación tanto en España como en Sudamérica, ¿Qué diferencias encuentra entre ambas formas de vivir el cristianismo?
En Sudamérica persiste todavía una religiosidad, porque allí todavía existe una religiosidad natural, que es muy rica porque todos somos religiosos, y gracias a eso podemos ahondar luego en nuestra Fe. Pero sí que es verdad que en Sudamérica hay una gran religiosidad.
En España también existen muchas tradiciones, porque tenemos gran tradición Católica. Pero sí es verdad que estamos perdiendo esa capacidad que hay a la Trascendencia dentro de una sociedad materialista. Una sociedad que se está separando de Dios y vemos que está disminuyendo el número de fieles, la gente que va a bautizar a sus hijos o a recibir los Sacramentos. Pero también es verdad que dentro de la Iglesia existen nuevas realidades eclesiales que están ayudando a levantarse en la Fe. Eso es una gran ayuda, que en España se esté potenciando todas estas realidades.
Actualmente se comenta que la juventud está un poco desligada de la Iglesia, ¿a qué cree que se debe y cómo puede solucionarse?
Creo que se puede solucionar creando espacios catequéticos y evangelizadores que atraigan a los jóvenes. Si los jóvenes no van a las iglesias nosotros también tendríamos que preguntarnos por qué, qué estamos ofreciéndoles y qué “ofertas” estamos haciendo pero que el mensaje evangélico sea atrayente.
Ayer, por ejemplo, estuve en un encuentro en Alcalá de los Gazules y había cerca 1.000 jóvenes donde recibieron el Rosario para rezarlo por las misiones que las comunidades Neocatecumenales están llevando adelante, sobretodos las de Cádiz, Jerez y Ceuta. De aquí de Santa teresa fuimos 57 jóvenes, un número nada despreciable.
Por eso yo creo que para poder atraer a los jóvenes, sin olvidarnos quiénes somos, tenemos que hacer un mensaje evangélico atrayente, que creo que lo es. Como dice el papa Francisco muchas veces: “No hay ningún Santo triste ni ningún triste Santo”. Por eso, si lo hacemos con alegría y entusiasmo, los jóvenes que tienen ese deseo de trascendencia y de verdad conectan rápidamente con ello.
Dentro de esta parroquia también se encuentra la sede canónica dela Hermandad el Rocío, ¿ha tenido ya algún encuentro con ellos?
Hace unos días tuvimos una reunión con la Junta de Gobierno y la verdad es que estoy muy ilusionado porque en las parroquias en las que he estado nunca había tenido una hermandad del Rocío. La verdad es que me ilusiona doblemente por todo lo que representa porque ellos están muy contentos y yo estoy muy ilusionado por ver cómo se presentan las distintas actividades que ellos tienen como Hermandad con la Sabatina y las distintas celebraciones que ellos tienen.
Ya por último, no sé si querría mandarle un mensaje a la feligresía para animarla a hacer vida de parroquia.
Yo invito a todos aquellos de la feligresía de Ceuta, que podamos acercarnos a Dios, para conocer todo ese amor que tiene para cada uno de nosotros. Y también decir que los jóvenes de Santa Teresa estamos preparando una serie de actividades para el Encuentro Jubilar de Roma y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Seúl en 2025.
Me gustaría hacer una llamada a la ciudadanía para que en las distintas actividades para que puedan recaudar lo necesario para que puedan estar en estos sitios.
También abogar porque la población haga una vida de Fe, que eso ayuda a vivir en concordia y convivencia que hoy en día tanta falta nos hace.
Una cosa es separarse de Dios y otra muy distinta separarse de la Iglesia.
El cura hablará por el yo creo en Dios por ejemplo, en lo que no creo es en el circo de los templos y quien los gestionan háblese del cura.
Después de todo el mal que ha hecho la iglesia históricamente hablando no me extraña lo que les pasa.
Es un avance.
Cree en dios quien quiere creer, y a fuerza de creerlo, lo crea.
Sr. cura no es que se esté separando es que nunca se ha acercado ,debe estar ciego para ver la maldad que hay ,cada día más.
No tiene nada que ver la maldad humana con la falta de creencias, recuerda que precisamente fueron esos cristianos más devotos, hace tiempo ya, los que mataron a miles y miles de personas y robaron todo lo que pudieron en nombre de Dios, conquistando además la mente de pobres indígenas que tenían pocos dedos de frente. Por cierto, a ver cuándo empieza a soltar tantas posesiones la iglesia, que vive en la opulencia mientras la gente necesita ayuda. No es de recibo tener esas iglesias (léase tb mezquitas en el caso musulmán y demás religiones) pudiendo hacer pisos sociales para gente sin recursos en esos terrenos. La gente ya no cree en los dioses lo mismo que ya no cree en las brujas ni en los gnomos, simplemente porque ahora la gente tiene más estudios y conocimiento de tantas y tantas mentiras que solo valían para mantener a unos pocos de ineptos charlatanes. A trabajar gandules (vale para los curas y similares y tb para los políticos)