La puesta en marcha de la explanada de Loma Colmenar eliminó los problemas de colapsos que había en la Nacional 352 y de los que parece que ahora los ciudadanos se olvidan por completo. Eran aquellas épocas en las que Ceuta quedaba bloqueada con colas que llegaban casi hasta el centro, además de ser un imposible la llegada hasta el Tarajal. El servicio público llegó a manifestarse porque no podían siquiera trabajar. Con la operatividad del embolsamiento eso ha terminado, si bien sigue habiendo voces críticas por las horas de espera y las condiciones de la infraestructura. Sobre lo segundo es cierto que las administraciones deben darse más prisa en tener una zona de estas características en condiciones. Y tenerla no es solo que haya un puesto y cuatro fuentes, hay que dotar de profesionalidad a una infraestructura que está llamada a dar un servicio continuo y, en momentos punta, a los niveles de masificación. En cuanto a las horas de espera Ceuta depende de los pasos que dé la frontera marroquí, cuyos agentes son los que deben ‘tragar’ vehículos y los que autorizan el ritmo de salida. Son esas relaciones las que deben mejorarse para evitar esperas de hasta tres horas estando el espacio fronterizo vacío, poniendo orden además entre los residentes y los no residentes, como ocurre en el puerto y en todas las infraestructuras de este tipo ya que los trámites que se siguen son distintos.