34.548. Esa es la cifra de vehículos que han pasado por la explanada de Loma Colmenar en los diez primeros días de agosto. Solo entre el viernes y sábado de este fin de semana crítico de la OPE lo han hecho más de 7.000, en concreto 3.471 el viernes y 3.916 el sábado. Cuesta imaginar el panorama que se habría dibujado en Ceuta de no estar operativo el embolsamiento, con una obra activa en la N352 y el aumento de un 20% en el volumen de vehículos que han elegido la ruta con nuestra ciudad para marchar a Marruecos. Las imágenes de los colapsos de otros años se habrían tornado en horribles escenas de presión a pie de calle.
No obstante, la explanada no es la panacea. La atención a los usuarios constituye la crítica de aquellos ciudadanos que reclaman mejores infraestructuras o los que no entienden que, siendo residentes, deban hacer esperas de hasta tres horas. Fuentes de la Ciudad Autónoma reconocen que debe haber esa mejora, pero también que por parte de Amgevicesa no puede hacerse más que lo que ya aplican día a día. Miran hacia la Delegación del Gobierno a la que reclaman explicaciones. Por ejemplo que implique un operativo de seguridad que contemple la presencia de Policía Nacional en la zona, al ser la fuerza de seguridad que puede solicitar la documentación a los vehículos, pudiendo discriminarse así a los que son residentes de los que no.
¿Se trata de convertir el embolsamiento en una especie de puesto fronterizo previo? Algo así, al menos para acallar las voces de quienes, con razón, no entienden que deban esperar como mínimo tres horas cuando el carril habilitado en la frontera para Ceuta está vacío. Delegación nunca ha dado muestras de dar ese paso, las últimas declaraciones de su mandatario, Salvadora Mateos, apuntaban a que no se iba a discriminar vehículos.
José, residente en Ceuta desde hace medio año, permaneció tres horas en la explanada. Junto a varios amigos tenía pretensión de viajar a Marruecos. Se vio atrapado en un embolsamiento junto a coches de magrebíes que cubrían la OPE, sin poder salir ya del atolladero y con horas de pérdida en su ruta. Tenía previsto salir a las 9.45 horas y terminó saliendo de la explanada a las 11.45. A esta espera hay que sumarle el incesante calor, la falta de infraestructuras suficientes, la acumulación de coches, los nervios más o menos contenidos entre los conductores... Un caldo de cultivo idóneo para la generación de conflictos, de peleas como las que ya han tenido que contener los empleados de Amgevicesa llegando a intervenir las fuerzas de seguridad.
La familia de Mohamed, residente en Madrid, llamaba a este periódico denunciando si era normal que llevaron dos horas de espera, retenidos en el embolsamiento. Decían desconocer la existencia de la explanada, a pesar de las noticias y vídeos difundidos sobre lo que aquí sucede. Advertían que ya no volverían a usar esta ruta, amenazas que, por contra, contrastan con los datos de este año que reflejan un incremento de tránsito de coches por este punto.
Son dos puntos de vista en torno a un lugar que, pese a su éxito, sigue arrastrando condiciones inhumanas o tercermundistas, que dejan las imágenes recogidas en la hilera de informaciones recogidas sobre el escenario de la Frontera Sur de Europa.