Los maestros de Ceuta deben, de acuerdo con la normativa vigente desde hace casi 30 años, dedicar cada semana a “actividades lectivas” un total de 25 horas por semana (períodos de recreo vigilado incluidos).
En algunas autonomías ya se ha reducido a 23 o se está en ello, pero no en el ‘territorio MEFP’, donde los docentes de Primaria han visto cómo este curso se exige su cumplimiento de verdad, dedicando las 8 de apoyos o guardias a atención a la diversidad, con refuerzos a estudiantes con nombre y apellidos necesitados de refuerzo a los que hay que hacer, además, un seguimiento de sus avances.
Según las fuentes consultadas por este periódico, la aplicación de esa consigna de manera más o menos estricta por la Dirección de cada colegio ha generado “malestar y estrés” en algunos docentes por la acumulación de carga burocrática para dar cuenta de su labor en la exigencia de “25 sobre 25 horas literales con apoyos normales y a alumnado con trastornos del espectro autista (TEA)”.
En Ceuta siguen exigiendo 25 horas de "actividades lectivas" a los maestros
Además del horario lectivo, los maestros tienen que dedicar 5 horas semanales en el centro a la realización, entre otras, de actividades como entrevistas con padres, asistencia a reuniones de los equipos de ciclo o la programación de la actividad del aula y realización de actividades extraescolares y complementarias.
Algunas regiones como la Comunidad Valenciana, La Rioja y Euskadi ya han reducido a 23 horas semanas el horario lectivo docente este curso, tal y como “recomendó” hacer el Gobierno central en 2019. En Castilla y León, y Cataluña se ha situado ya en 24.
“Menos horas lectivas propician una atención más individualizada al alumnado: impartir docencia a menos grupos y tener más tiempo para preparar las clases y las demás tareas de coordinación y burocráticas encomendadas al profesorado acaba redundando en una atención educativa de mayor calidad”, reza el argumentario de quienes demandan su reducción.