La decisión del Gobierno del presidente Juan Vivas de poner en marcha un plan extraordinario de mantenimiento de los centros escolares, que es una competencia municipal, supone un acierto, aunque supone un medida que llega tarde porque son muchas las ocasiones en que han existido quejas de los distintos actores de la comunidad educativa.
La situación que se ha provocado con el ‘Ortega y Gasset’ ha sido el aldabonazo que ha movido la conciencia del equipo de gobierno. El mismo presidente Vivas ha manifestado que será la Consejería de Fomento, de acuerdo con la Consejería de Educación y Culturas, las encargadas del establecimiento de este programa extraordinario de inversiones. Cuando esté ultimado, será el Consejo de Gobierno, como órgano que tiene asumida la competencia de la dirección del Plan de Inversiones, la que decidirá de dónde salen los fondos, aunque haya que aparcar otras que no son tan prioritarias.
Nuestros centros escolares, que tienen una media de edad bastante alta, al igual que sucede con muchas de nuestras barriadas, necesitan ese plan extraordinario, parecido a esas ARI, que permitan que sean remozados unos edificios que cuentan con más cuarenta años.
Confiemos en que este plan esté pronto en marcha y se pueda poner en práctica a lo largo del próximo verano, aprovechando las vacaciones escolares. Es una emergencia