El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, compareció ayer para valorar la evolución de la pandemia y la efectividad de las medidas dispuestas justo antes del inicio de la Semana Santa. Defendió el mandatario ceutí que las medidas dispuestas son “científicamente” acertadas pero que si no funcionan es por la relajación de algunos ciudadanos. La prueba palpable está en la movilidad. Sigue aumentando y se espera que lo haga en estas fechas. La Ciudad insiste en que más no se puede hacer, dentro de los márgenes que dispone para actuar, y avanza que las sanciones pueden ser de 3.000 euros en el caso de estarse ante leves. Es una manera de advertir al ciudadano de lo que le puede pasar si incurre en una falta de cumplimiento de medidas, contraviniendo no solo las normas sino el respeto a la salud de los ciudadanos. Cierto es que no puede colocarse a un policía detrás de cada ciudadano, pero también es cierto que el Ayuntamiento sabe perfectamente lo que va a pasar a partir de hoy mismo, con intentos masivos de marcha a la Península echando mano de la picaresca. Habrá que ser más celoso en esta Semana Santa, porque si hay muchos ciudadanos de bien que llevan un año sin salir de esta tierra y sin ver a sus familias, no se puede permitir que otros se pitorreen del personal y hagan lo que quieran. Hay que poner medios, más allá de las palabras