Hoy hace diez años que dejamos de oír tu voz, diez años que nos falta tu energía, que nos ayudaba a vivir, pero aún después de tanto tiempo hay momentos que suena el teléfono sobre las cinco de la tarde y me da un vuelco el corazón, era más o menos la hora en que nos llamabas y nos preguntabas: ¿“Qué pasa” cómo estáis, los niñ@s están bien? ¿Qué has hecho hoy? ¿Te has enterado de …? Hablábamos un ratito, me comentabas de política. La Política, la que te daba vida, la que en campaña electoral te hacía rejuvenecer, por eso tus hijas, tus niet@s y yernos decíamos que necesitabas una campaña cada seis meses para recargar pilas.
No esperábamos que te fueses tan pronto, habías derrochado tanta energía que pensábamos que teníamos abuela y madre para muchos años más, pero nunca son las cosas como piensas y aunque estabas bastante delicada, hasta tu médico quedó mudo cuando le llamé y le dije que nos habías dejado.
Te fuiste y dejaste huérfano de madre al Socialismo Ceutí, muestra de ello fue la despedida que te hicieron tod@s tus compañer@s, es@s compañer@s que cuando tenían algún problema se acercaban a tu kiosco en el muelle Cañonero Dato y te comentaba, te oían y te pedían consejos.
Fuiste un espíritu libre, SOCIALISTA DE VERDAD, de las que nunca te defraudan y de las que le dicen la verdad en la cara al más grande.
Tuviste correspondencia con Felipe González, Alfonso Guerra y algunos miembros más de tu partido y si no te gustaba algo “les cantabas las cuarenta”
Te sentías orgullosa de tu partido, como tu decías y tus hijas lo sabíamos, en más de una de las entrevistas que te hicieron, comentabas con la persona que la realizaba: “Mis hijas ya son mayores, las he criado con muchísimos sacrificios y ahora para mí lo primero es el partido, ellas lo saben y no les importa, porque saben que he luchado mucho para conseguir la libertad que ahora tenemos.
Luchaste en la dictadura de correo de una célula, pero eso lo hemos sabido hace tan solo dos años, jamás nos contaste nada, eras así de humilde, luchaste por nuestras siglas sin esperar nada a cambio, jamás fuiste en una lista, si no fue para cerrarla, tu socialismo era puro, un ejemplo para tod@s.
Nos enseñaste a ser fuertes, a que nada se consigue sin sacrificio, a ser honradas, solidarias y comprometidas en la ayuda a l@s demás.
Eras María Miaja, eso lo dice todo.
No sé si te gustaría que una Asociación llevase tu nombre, no te gustaba destacar, pero así lo decidieron todas tus compañeras en asamblea, votando a favor de que la Asociación de Mujeres Progresistas se llamase María Miaja.
Más tarde se instituyo el Premio María Miaja, en la Comisión Ejecutiva Regional de José Antonio Carracao, para premiar a mujeres y hombres que luchan por la Igualdad entre todos los seres humanos, más tarde la Asociación tomo el testigo y a partir de 2016 es la que entrega ese premio que lleva tu nombre y que no podía ser de otro color, rojo.
Nos dejaste, pero, no te fuiste, sigues entre nosotr@s porque nos dejaste tu legado y siempre te llevaremos en el corazón.