Qué bonito es ser madre, qué placer poder disfrutar de ellas y qué puede haber más grande que el amor que estas sienten por sus hijos desde el momento en el que son conscientes de que un milimétrico ser está creciendo en sus adentros. Con motivo del Día de la Madre, no conocíamos una mejor manera de reconocer el papel que juegan en la vida de sus hijos que sacando a la luz su inevitable sentir con dos entrañables historias en Ceuta.
Esto no habría sido posible sin Gloria Espinosa y Cyntia León, dos madres coraje, valientes y tiernas que han brindado todo a sus hijos, por quienes entregarían su vida, desde el momento de su nacimiento.
¿Qué significa ser madre?
Gloria Espinosa, de 88 años, madre de un hijo y una hija, es de esas personas que tocan el alma en el primer contacto. Su experiencia, sencillez, simpatía y actitud desenfadada convierten el ambiente que toca en un lugar en el que se quiere permanecer.
En el parque de San Amaro, rodeadas de espectaculares colores y de la belleza que dejan las flores en primavera, FaroTV tuvo la oportunidad de conocer a esta afectuosa mujer, quien describió la experiencia de ser madre como “la cosa más grande y bonita que le puede pasar a una mujer”.
La alegría más inmensa de su vida
Asimismo, Cyntia León, de 27 años, madre de un hijo de 2 años, el pequeño Pedrito, con su actitud arrolladora, valiente, de madre coraje, trabajadora, y con la sonrisa que la caracteriza, describió la experiencia de convertirse en madre en “el empujón” que le hacía falta para lograr sus metas.
“La lucha, la constancia, etc… Es un cambio muy grande y la alegría más inmensa que he tenido en mi vida”, añadió.
Cambios inminentes
Es evidente que cuando una mujer se convierte en madre llegan, así como las notificaciones de WhatsApp, una detrás de otras tras un apagón, una serie de cambios que dan un vuelco a la vida a la que se estaba acostumbrada.
Para Gloria, esta vuelta de hoja “es un cambio inexplicable, una cosa tan bonita que no se sabe decir. Desde ese momento lo más importante para mí son mis hijos”.
Un cambio en la mentalidad
Para Cyntia, los cambios experimentados van mucho más allá del solo sentir. Profundizó en el vaivén de emociones que conlleva y el giro de tuerca que se produce en la mentalidad de una madre tras dar a luz a su hijo.
“Quieras o no, empiezas a centrarte en esa personita que ha salido de ti y tienes la misión de protegerla. Lo principal siempre va a ser mirar por él”, agregó.
Sensaciones tras dar a luz
“Cuando di por primera vez a luz, para mí fue lo más grande, verme yo con mi niña en los brazos… y así sigo, igual de contenta con ella”, trasladó Gloria.
“Yo tuve mi bebé fue por cesárea y nació prematuro. Nada más que tuve unos minutitos para acercarme, me lo pusieron así al lado de la carita y la verdad es que es un sentimiento que te recorre desde el dedo gordo del pie hasta el último pelo de la cabeza”, relató Cyntia.
Cyntia, al igual que Gloria, hizo saber que, por muchas palabras que se empleen, jamás alcanzarían para explicar lo que ser madre supone para una mujer.
Anécdotas
Ser madre conlleva un largo camino de aprendizajes, de historias, de creación de recuerdos y un mundo amplio para aprender junto a los pequeños como sobrevivir a la vida.
Toda madre tiene un relato inolvidable que contar y que, por mucho que pase el tiempo y sus hijos cumplan años, siempre dibujará una sonrisa al buscar en el archivo de sus recuerdos ese momento especial.
Gloria ya se reía antes de comenzar con su historia. Según narró, cuando su hija tenía tres añitos, dejó encerrada a su madre en el balcón mientras tendía. Esta, al otro lado del cristal, la saludaba con una sonrisa hasta que su padre se dio cuenta de que tardaba mucho en bajar de tender la colada.
“Arroz del que tiré”
De su hijo, Cyntia contó que una vez que ella estaba cocinando, este tiró todo el plato de comida al suelo y desde ese momento en la familia pasó a ser una tradición hacer arroz “del que tiré”, como bautizaron a este plato para los restos.
Estas son historias que una madre guarda en su corazón y que por más que se cuenten, nunca se cansará de hacerlo, porque son trozos de su corazón congelados en el tiempo que por mucho que sus hijos crezcan marcarán su alma para siempre.
“La cocina como Tarifa”
Cyntia también recordó que su pequeño de 2 años, adentrándose en el mundo de su mamá, quien disfruta con la creación de música delante de su mesa de mezclas, le regaló un tierno momento queriendo compartir su pasión con ella.
Pero no todo es tierno, no. Este granuja, siendo protagonista de los “silencios incómodos”, llamados así por Cyntia a esos momentos en los que un niño está muy callado durante un largo periodo de tiempo, convirtió la cocina de su mamá “en Tarifa”.
“Cuando me di cuenta había llenado toda la cocina de papilla y ahí estaba, paseándose tan tranquilamente”, añadió.
El amor por un hijo nunca cambia
En cuanto a la trayectoria que sigue el cariño de una madre, Gloria dijo con los ojos cargados de verdad que “el amor de una madre siempre va a más” porque mientras más tiempo pasas con un hijo, más recuerdos fabricas.
“Como madre me siento muy orgullosa de que mis hijos me hagan saber todos los días lo orgullosos que ellos están de mí”.
Su hijo está pendiente de ella todos los días, al igual que su hija Isabel, quien, además de acompañarla a comer todos los días, no faltan sus tres o cuatro llamadas al día.
No hay nada malo
“Yo, como madre, me siento plena, aunque haya momentos más difíciles y momentos más fáciles. Luego, te sacan una sonrisita y da igual la trastada que haya hecho, la pataleta que haya tenido y todo lo malo; porque es que no es malo, son procesos por los que pasa un niño, entonces, hay que tener mucha paciencia”, contó con una sonrisa y gesto de ternura Cyntia.
Ambas coinciden en que la mayor preocupación de una madre por un hijo siempre será su futuro y asegurarse de que será una buena persona y de provecho, de principios y con unos valores arraigados a una buena vida.
Un mensaje para sus hijos
Para finalizar, Gloria quiso transmitirles a sus hijos que mantuviera siempre la buena relación que han construido y que continúe así el día en el que ella falte.
Por su parte, Cyntia, dijo sentirse completamente llena con las primeras muestras de cariño real que su hijo le ofreció, como pedirle un beso en una herida o decirle “te amo” antes de dormir.
Lágrimas de felicidad y superación
Cynthia se emocionó con este recuerdo, que empujó las lágrimas de sus ojos sobre su rostro tras recordarle lo afortunada que es de ser madre de su hijo Pedrito, ese que tantas alegrías ha traído a su vida.
“No puedo evitar llorar al hablar de mi hijo porque él vino a salvar mi vida”, finalizó Cyntia con los ojos cargados de lágrimas de una felicidad difícil de explicar.