La decisión de prohibir las concentraciones previstas en la plaza de los Reyes este lunes ha sido de lo más acertado. Salvadora Mateos, a la que tanto se le ha criticado por no pasearse de plató en plató, ha sido firme acordando que ni Santiago Abascal pueda ofrecer su ‘mitin’ anunciado en la plaza de los Reyes, ni tampoco pueda confluir en el mismo lugar la “cacerolada” contra el racismo. Y esta decisión no la ha tomado Mateos porque le venga en gana, sino porque hay informes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que alertaban del elevado riesgo al que se vería sometida la ciudad este lunes de confluir dos concentraciones enfrentadas, sumándose a esto la pandemia y la crisis derivada de la entrada masiva de personas.
Mateos toma la decisión para evitar altercados previstos y consultando a quienes debe: a los expertos en materia de seguridad que no son otros que la Guardia Civil y la Policía. No está la situación para hacer experimentos con gaseosa, ni menos para calentar los ánimos de una tierra que no se merece lo que está sucediendo. A Mateos no le han dolido prendas para prohibir, sí, para prohibir lo que podía ser un foco de tensión a los que, quien sabe, algunos hasta les interesaba.
Vox se ha lanzado a hablar de silenciar su voz, de decisión dictatorial, de descerebrados… Puede decir lo que quiera, hay libertad de expresión para ellos y para todos, aunque esta máxima no la entiende un partido que habla de separar, de apartar a quienes no piensan como ellos. Puede, decimos, decir lo que le plazca pero lo que no se le va a permitir es que encienda la mecha provocando un caos que puede poner en riesgo a toda la ciudad. Si quieren escuchar a un líder que ya tuvo la oportunidad de pasearse por Ceuta hace unos días, pueden convocar un mitin en cualquier hotel contratado al efecto, pero no se puede permitir que en plena pandemia use un espacio público para concentrar a personas y para generar riesgos.
A la delegada del Gobierno, a la administración y al Gobierno de España se le puede abuchear, increpar, insultar… quizá moleste la acción callada que están teniendo pero efectiva. Porque aquí en plena crisis ha venido un presidente de todos los españoles y se han hecho gestiones rápidas para que Marruecos, tras el chantaje, acepte a sus nacionales.
Gritar, acudir a la valla para llamar a la rebelión, insultar y menospreciar a parte de la población, a nuestros hermanos, a una parte de esta tierra cansada ya de ser pisoteada, sí que es de descerebrados y sí que es no estar a la altura de una situación de elevado riesgo como la que estamos viviendo.
Salvadora Mateos ha hecho lo que debía de hacer, ha sido determinante impidiendo esta locura. Y lo ha hecho sin necesidad de ir a la valla para hacerse una foto, sin necesidad de plantarse en la plaza de los Reyes o de hacer posados en todos los medios de comunicación. Porque quizá las graves crisis haya que resolverlas en los despachos y no con un altavoz en la mano generando más rechazo, y mayor presión en una tierra que pasa por sus peores momentos.
Que mala interpretación creía que había cesado.
Ya quisiera yo el sueldo de Dña Salvadora , sencillamente por no valer para nada.
Igual no se va por el complemento que ganan en esos cargos de responsabilidad.
No la han relevado de su cargo pues ya es hora que disfrute de su jubilación por el bien de los ciudadanos.