Las 317 de Loma Colmenar siguen dando que hablar por lo largo y ancho de la ciudad. La aparición de una lista de beneficiarios que carece de validez legal ha afectado a cientos de personas y fue la gota que rebosó el vaso de meses de sospechas sobre irregularidades en el proceso de selección por parte de quien opta a una vivienda.
Los damnificados han realizado diversas acciones para intentar obtener alguna respuesta directa por parte de las autoridades, concentraciones frente al ayuntamiento, asistencia al Pleno, protestas en la calle, etc. La última acción realizada, por el momento, ha sido personarse en los pasillos de la primera planta del Ceuta Center durante la reunión mantenida en el edificio para dilucidar cómo resolver el caso, pero continúa el silencio por parte de las autoridades hacia sus gentes pese a sus quejas y demandas, que no son pocas.
Durante horas, los pasillos del edificio estuvieron ocupados por los damnificados en una atmósfera calurosa debido a la aglomeración. Con todos atentos a quien saliera por la puerta, apenas se obtuvieron discretas palabras por parte de algunos políticos y la referencia de que se darían explicaciones en una inminente rueda de prensa.
Entre el heterogéneo grupo de afectados se aglutinan tanto los aparecidos en la lista como los que han sido excluidos. Las soluciones propuestas por ellos varían dependiendo de su situación, hay quien está a favor del borrón y cuenta nueva del mismo modo que hay quien considera más justo realizar una criba de quien merece estar en la lista y quien no. Todo un Kobayashi maru en el que suceda lo que suceda, habrá perjudicados.
“Si estudian los casos, que los estudien bien”, comentaba una de las concentradas en el caluroso pasillo. Hay quien no se explica ni cómo se filtró la lista ni cómo se constituyó la misma. Los demandantes de viviendas aseguran que casi la mitad de la lista está ocupada por gente que no necesita vivienda. Los rumores sobre adjudicaciones amañadas vuelan de boca a oreja entre los presentes, llegando a asegurar que hay quien ha recibido una o incluso dos casas cuyos propietarios arrendan para vivir en otro lugar. Una de las cosas que más parece doler a este colectivo es la falta de información. No saber que va a ser de sus vidas hace que muchas vivan con el corazón en un puño, incluso hay quien manifiesta que preferiría quedarse sin casa, por el momento, siempre y cuando los beneficiarios sean personas que la necesitan de verdad. Personas dependientes, necesitadas, con menores a su cargo, con procesos abiertos de desahucio y un largo etcétera de situaciones de grupos que empiezan a sentirse invisibles, lo que ha generado que algunas personas se planteen avisar a medios de comunicación nacionales, “Que vean lo que hay en Ceuta” argumentan.