Mantillas, trajes de lunares y volantes. Las cruces de mayo se han colado en el Centro social del mayor de Ceuta, que ha festejado la tradición a golpe de baile este domingo. La entidad ha ofrecido a sus usuarios un concurso de boleros y otro de sevillanas para pasar la tarde de fin de semana.
Muchas de ellas se han ataviado con sus trajes de gitana para la ocasión. Acompañadas, felices y animadas, han participado en los certámenes o han tocado las palmas sentadas fuera de la pista.
Los han guiado en el proceso dos monitoras. Sonsoles Cubillos ha formado parte de este equipo. Después de muchos años dedicada a trabajar con niños, desde hace un tiempo se centra en realizar su labor con personas de la tercera edad.
“Ha sido un cambio radical que me ha beneficiado mucho. Este sector de la población me ha sorprendido bastante, me ha motivado a seguir en ello y a crear distintas actividades para ellos”, ha incidido.
Programa
El mes de mayo está repleto de opciones. A partir del pasado día de la madre, los siguientes fines de semana el local de la organización se ha llenado de vida. Los talleres y juegos que se han planificado desde el ente han tenido una serie de beneficios para los mayores.
“Salen de casa. Hablan con otros, se sienten alegres y pasan por una nueva experiencia”, ha indicado. No solo les ha traído una serie de ventajas a nivel social, también a su estado físico.
Las propuestas de la entidad suelen contar con una gran afluencia. Los últimos años el número de usuarios ha crecido, un hecho que quizá tiene que ver con el cambio de percepción en positivo hacia los ancianos que poco a poco se instala. “Me molesta que digan que son como niños porque eso no es así. Han pasado por distintas etapas vitales y en el presente lo que buscan es disfrutar, no que se los trate como a tal”, ha manifestado.
“Están en un estado excelente y son un grupo de la sociedad que asombran. Cuando vienen a talleres, los veo y no representan a la típica figura de la persona mayor inmóvil. Son muy activos”, ha mencionado.
Experiencias
Paqui y Andrés participan en todos los actos programados. No se pierden ni un evento. “Llevamos ya tres semanas con actividades por el Día de la Madre y con danzas. Esta vez tocan y sevillanas y boleros. Esto está muy bien. Al menos estamos entretenidos”, ha expresado ella. Va a las clases de gimnasia por las mañanas y nunca falta a una de las citas del centro.
El brillo en sus ojos aún no ha desaparecido. Han sacado a relucir con orgullo que llevan cinco décadas juntos. Conmemoraron su aniversario de casados la semana anterior. No han ensayado para la ocasión, pero tampoco han mostrado señas de preocupación.
“No sabemos bailarlas, pero cuando estamos aquí, hacemos lo que podemos”, ha contado él. “Esto está genial, que se hagan actividades para los mayores. Así tenemos esa distracción ya que en Ceuta no hay muchos sitios para nosotros”, ha indicado.
Meriendas, certámenes, bailes y otros eventos en los que ellos siempre están presentes. “También se hacen partidas de dominó o de parchís. Pronto, en estos días, se hará una comida y se entregarán premios de concursos que se han hecho”, ha señalado.
Como en casa
Sol no nació en Ceuta, pero siente que es ceutí de adopción. “Soy de Madrid, pero ya estoy empadronada. Soy caballa”, ha mencionado. “Es la primera vez que vengo a todos estos eventos. Me encantan. Me han acogido muy bien”, ha relatado.
“Llegué en el 68, pero he estado durante 20 años que he estado viniendo continuamente. Mi hijo es deportista y desde entonces vivía aquí. Por circunstancias de la vida, me he quedado aquí”, ha remarcado.
“Estoy genial, muy bien acompañada con gente muy querida de la ciudad”, ha detallado. “Bailar, poco. No puedo con el bastón”, ha explicado. Aunque le es difícil moverse con los pies, acompaña a los bailares como una palmera más junto a sus amigas.