El padre del pequeño Mohamed Abdeselam, Abdelmalik, está acicalando su casa de Loma Colmenar, en Ceuta, a pocos metros del lugar en el que el niño fue asaltado y donde pereció por su homicida confeso detenido un mes después, para conmemorar el lunes el primer aniversario de su desaparición, acontecida el 18 de diciembre de 2022.
“Hemos llamado a los agentes de la Policía Nacional para que vengan, aunque nos dicen que no quieren que sea un compromiso, y sobre todo a los niños del barrio, hacerles un cuscús, la tradición...”, explica con las lágrimas corriéndole por las mejillas cuando recuerda aquellos días que siguieron a la falta del pequeño, al que se tardó unas horas en localizar en la ladera ubicada justo enfrente del cementerio de Sidi Embarek.
Abdelmalik rogó entonces por que el responsable de la muerte de su hijo más pequeño no fuese alguien conocido. No lo era. “Admiro a los policías que trabajaron tan bien, que no tuvieron ni sus fiestas de Navidad, y por eso quería invitarlos, por eso ha bajado otro de mis hijos a pedirles que vengan”, señala el padre del pequeño, que tenía tres hermanos, una chica que ahora ha alcanzado los quince años y dos varones ya mayores de edad.
“Pensamos en él todos los días... La chica se ha puesto enferma...”, llora el padre del niño, que agradece los ánimos que le trasladan sus compañeras de trabajo del Plan de Empleo, Yasmina y Noriman, “buena gente con la que limpiamos las Murallas Reales y con la que estamos contentos hablando, animándome a seguir adelante, a mirar por mis otros tres hijos porque el otro ya está con dios y van a pagar lo que han hecho”.
“Me dicen que no piense cosas raras como suicidarme, me dan ánimos y estoy contento con ellos, ojalá el trabajo durase dos o tres años”, indica.
"Voy a seguir adelante, a luchar por mis hijos y dios me va a ayudar", dice Abdelmalik
Uno de los hermanos de Mohamed está sacándose el título de vigilante de seguridad con la esperanza de irse. “Este sitio nos trae muchos recuerdos, son veinte metros nada más lo que nos separa de donde pasó eso... Cada vez que salgo a fumar un cigarro se me saltan las lágrimas”, indica con el deseo de que el juicio llegue cuanto antes. “Me gustaría preguntarle a ese hombre qué se le pasó por la cabeza para llevarse al niño y hacerle esas cosas... Yo no le voy a hacer nada porque hay justicia, pero me gustaría preguntarle, porque yo he trabajado en la guardería y nunca me ha dado algo así...”, reflexiona.
La familia Abdeselam está teniendo sobre todo el respaldo del vecindario, especialmente el de los más pequeños, de los chicos y chicas “de cinco, seis, nueve, once años que me acompañan en el sentimiento, me abrazan y me dicen que Mohamed está con dios”.
“Mi capataz me ha dicho que el lunes no vaya a trabajar, que haga lo que tenga que hacer, y se lo agradezco a Dalila, buena gente”, señala Abdelmalik, cuya esposa tiene que tomar medicación para dormir “y en sueños recuerda a Mohamed, al que tenemos siempre presente”.
“Dios está arriba, y la justicia, que esperamos que se haga cuanto antes”, dice el hombre, que ha tenido muchas veces la tentación de quitarse la vida. “He pensado que si lo hiciera dios no me perdonaría nunca, así que voy a seguir hacia adelante, a luchar por ellos, y dios me va a ayudar”, confía mientras se congratula por que al menos el crimen de su hijo haya servido para tener más presencia policial en su barriada.
“Están haciendo su trabajo y les admiro porque la Policía siempre será la Policía”, reafirma mientras piensa en que dentro de seis meses terminará su contrato en el Plan de Empleo. “Admiro mucho a Juan Vivas porque ha hecho mucho por Ceuta, pero espero que no se olvide de mí porque cuando concluya el Plan de Empleo voy a estar de nuevo a la deriva aunque mis compañeras me animan”, lamenta.
Este lunes se cumple un año de esta tragedia que conmovió a toda la ciudad y que tuvo como víctima a un niño que terminó siendo el de todos. Ahora solo se espera que haya justicia.
Esa tarde se produce el asesinato del pequeño cuyo cuerpo sin vida es encontrado solo horas después de haberse denunciado en la Jefatura Superior su desaparición. El cuerpo estaba muy cerca de donde se le vio jugando por última vez, en la loma cercana que aún no ha sido vallada.
Tras una investigación ajena a la presión social, la UDEV-Personas consigue detener al implicado confeso que entra en prisión provisional tras su presentación ante el juzgado. Se le investiga por asesinato y agresión sexual a menor de edad.
Aún no hay calificación por parte de la Fiscalía pero se podría solicitar, de acuerdo con los delitos investigados, la petición de prisión permanente revisable. Tras el arresto y registro de su vivienda se intervino la ropa que guardaba en casa y llevaba la noche del crimen además de un teléfono móvil que, tras su rastreo, ha permitido conocer y situar los distintos movimientos.
El autor confeso de la muerte del pequeño Mohamed cumple prisión provisional en una cárcel de la Península. El Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta que instruye esta causa está a la espera de la remisión del informe sobre la capacidad intelectual y volitiva de Cristian B.P. Un informe que debe presentar el forense de la cárcel en donde está internado pero que aún no ha llegado a Ceuta.
Es una de las diligencias solicitadas y aún no cumplida en un procedimiento judicial que ha tenido varios hitos policiales. La Operación Loma ha sido una de las más complicadas llevada a cabo por la Policía. Los integrantes de la UDEV-Personas tomaron como una prueba de fuego el caso que desgraciadamente tuvo que iniciarse nada más confirmar el hallazgo del cuerpo sin vida de Mohamed muy cerca de su vivienda.
La prioridad fue absoluta y el equipo lo dio todo para atar cabos y recomponer las horas previas al crimen de este pequeño de solo 8 años.
Gracias al estudio de las cámaras y a la comparativa entre imágenes se llegó hasta el único detenido en esta causa. No fue casualidad, detrás hubo un trabajo sin pausa hasta engarzar las diferentes escenas y confirmar que aquella persona que acudía a paso acelerado hasta su vivienda, que intentaba sortear las cámaras y ocultar su rostro era el autor del crimen.
Antes habían tenido que descartar sospechosos y armarse una coraza ante la enorme presión social que soportaban. Fueron semanas de runores e inclusión de difusión masiva de quienes terminaron siendo unos cabeza de turco erigidos en criminales por mera presión social, sin sustento alguno ni fundamento.
Los investigadores rastrearon también el teléfono móvil de Cristian. No hay dudas de que se encontraba en el lugar del crimen, tampoco de la huida que realizó desde Loma Colmenar para abandonar la zona de la vaguada cuando antes.
No son valoraciones policiales son conclusiones de informes objetivos que contienen datos visuales de sus movimientos pero también rastros de qué hizo durante las horas previas a la muerte de Mohamed y posteriores.
Las antenas de telefonía registran el recorrido que hizo Cristian en su huida hasta su domicilio mientras mantenía una conversación vía WhatsApp con su madre para informarle que volvería pronto a casa.
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