Se cumplió lo anunciado y el presidente de todos los españoles apareció cual imagen del NODO para hablar ante los medios de comunicación sin admitir preguntas. Basó su mensaje en la negativa, en su defensa a ultranza del partido, en su mítico “no tengo nada que ocultar”. Cerró su intervención dando pie a una fotografía obscena, la de decenas de periodistas mirando una pantalla de televisión, fotografiándola y grabándola. Un bochorno se mire por donde se mire. La pregunta que nos hacíamos ayer era: ¿y si se hubiera producido un plante de todos los medios? No se crean, seguro que eso era lo que pedía el cuerpo, y quizá es lo que se hubiera tenido que hacer, no ahora, sino hace mucho tiempo, cuando se implantaron este tipo de actuaciones. Porque no dejan de ser eso, actuaciones preparadas que dan un hachazo a la democracia.
Con la que está cayendo se optó por asistir para intentar informar, para permitir que el presidente de todos los españoles, se le haya o no votado, hablara. Y lo que ha hecho es negar todo, esperar que le creamos y advertir de que hay que seguir en el camino de esa transparencia. Pero claro, cuando uno mira alrededor y ve lo que hay, el cuerpo le pide de todo menos echar mano de la fe o de la creencia. Las acusaciones son demasiado graves y las vamos a ir conociendo en goteo. Son tan graves que esperar que la población en general tenga fe en quien lleva las riendas del país es, ya no demasiado arriesgado, sino temerario.
Ayer se esperaban pruebas, ayer se esperaba un presidente del Gobierno abierto a lo que le pregunten no uno que se esconde tras la pantalla de un televisor para aparecer en plan hombre intocable de las conciencias.
Resulta difícil en estos momentos sentir cierto respeto por la clase política, son ellos los que se han cargado el sistema y las esperanzas de un pueblo que solo aspira a algo sencillo y fácil: tener unos gobernantes que sepan administrar correctamente el bien común de todos.
Tenemos un presidente que se esconde mientras el ventilador sigue escupiendo mierda, mientras sus propios monstruos siguen filtrando informaciones y un pueblo espera de una vez por todas tener políticos de los que enorgullecerse.