Ya lo advertíamos hace unos días: la situación sanitaria en Ceuta había roto la buena racha de las últimas semanas. Ayer conocimos la noticia del fallecimiento de una nueva víctima de este fatal covid que no termina de irse, pese a que las medidas se hayan relajado y con ellas nuestra actitud de pérdida del miedo.
Es por esto y por lo que ya todos llaman la ‘fatiga pandémica’, que a veces se nos olvida que llevamos desde hace más de año y medio así y mostramos cierto cansancio. No mantenemos las distancias recomendadas, a veces, incluso cuando más no debemos hacerlo, prescindimos de las mascarillas, del gel hidroalcohólico -que antes fue nuestro fiel compañero en bolsos y mesas de trabajo- que ahora parece casi una reliquia del pasado. Pero no, el virus no se ha ido. Las noticias de días atrás nos lo recuerdan: incremento de casos, ingresos hospitalarios, aparición de brotes..., y no sólo aquí. Es la tendencia mundial y aunque en Ceuta parece que estamos más aislados y protegidos, obviamente la realidad no pinta así y la sombra de una sexta ola pandémica planea sobre nuestras cabezas.
Y estas informaciones llegan a finales de noviembre, cuando están próximas todas las reuniones de Navidad, no solo aquellas que nos agruparán en las casas de familiares, algunas de ellas fuera de la ciudad, sino las conocidas y muy celebradas comidas y cenas de empresa y las reuniones de amigos, donde podemos coincidir con personas que no forman parte de nuestro núcleo habitual de convivencia.
Es por estas razones que este espacio solo puede aconsejar, en previsión de lo que puede venir, la máxima cautela de todos: mayores, adultos, jóvenes y niños. Frenar esta tendencia al aumento de casos es una cuestión común, de todos, y necesita también de todos para pararla. Tan solo una conducta adecuada y sanitariamente saludable, de acuerdo a las normas y los protocolos sanitarios establecidos, puede hacer de barrera entre nosotros y el virus; entre nosotros y la salud de nuestros seres queridos.
También es una responsabilidad de todos, no lo olvidemos nunca.
Una vez más, necesitamos ser responsables y actuar, como no puede ser de otra manera, con buen criterio.