Durante 72 horas en el entorno de Fuente la Higuera, en Ceuta, ha prevalecido un único interés común: dar con los restos de Mohamed Alí. En esas estaban unidos todos, daba igual la profesión, daba igual la labor que a cada uno le fuera encomendada. Lo único que prevalecía era romper de una vez ese puzle después de colocar la última de sus piezas. Y eso se consiguió ayer, cuando por fin se dio por finalizado el operativo dispuesto desde el mismo lunes a primera hora de la mañana.
Los hombres y mujeres que componen el Cuerpo Nacional de Policía han coordinado sus labores tras ‘montar’ prácticamente una segunda comisaría sobre el terreno. Han funcionado como una máquina perfecta, con unidades cooperando sin recelos: Servicio Cinológico, Policía Científica, UDYCO, Medios Aéreos, la UIP o Seguridad Ciudadana.
De esa zona de García Aldave, sus agentes se han llevado catarros, piernas cansadas, frío, nervios, algún que otro disgusto físico pero también ese descanso, esa particular paz interior por haber atendido los deseos de una madre fuerte y valiente como Asma.
Una madre que solo quería que se buscara a su hijo, una madre que se ha convertido en la particular progenitora de todos los agentes que solo tenían como objetivo que pudiera, por fin, vivir su duelo y terminar con esa inquietud, ese no saber que es sin duda el peor de los tormentos, el que le ha acompañado durante más de un año.
El lunes, el jefe superior Javier Nogueroles comunicaba expresamente a Asma la detención de quienes decían ser amigos de su hijo así como la narración que habían hecho del crimen. A la salida de la sede policial la madre de Mohamed Alí mostraba su confianza en el trabajo de los agentes.
Tres días después, Asma volvía al mismo despacho oficial para recibir la información esperada, la información en la que confiaba: se habían encontrado restos y ropa como la que llevaba su hijo. La progenitora se enteraba directamente por una cúpula de la Policía Nacional que se había marcado el compromiso de terminar este puzle con esa última pieza.
En García Aldave los policías que permanecían de retén desde el mismo lunes para evitar la contaminación del terreno antes de comenzar las batidas vieron hasta granizar. Allí han compartido horas, noches y días sin cobertura de móviles y trabajando codo con codo con otros grandes profesionales que lo han dado todo por conseguir el mismo fin.
Porque allí, desde ese mismo martes por la tarde, quienes se enfundaron el mono de trabajo fueron los integrantes de Tragsa, la cuadrilla que a las órdenes de Tarek ha terminado con los brazos marcados de arañazos tras desbrozar, limpiar el camino y retirar maleza tras maleza. Ha sido un trabajo titánico, de horas hasta que hubiera luz, sin descanso.
Trabajaron primero para que cuando llegara Beto, el perro especialista en búsqueda de restos humanos, pudiera rastrear con más facilidad. Después, para que los policías -algunos se pusieron casco y aparataje para meterse en los terraplenes llenos de maleza junto a ellos- pudieran acceder mejor a los sitios señalados por los investigados como lugar en donde debía estar el cuerpo sin vida de Mohamed Alí.
No pararon, han retirado sacas y sacas de maleza. A piñón, colaborando con la Policía, dejándose la piel porque este suceso se ha convertido en el suceso de todos, porque este suceso ha roto los esquemas generando una cadena solidaria en favor de Asma y toda su familia.
No ha habido horas, nadie ha mirado los días que iban a ser necesarios porque el fin era compartido: calmar a una madre. Ahora trabaja la Justicia para cerrar el capítulo de este crimen.
Cada 22 de noviembre se conmemora el Día de Santa Cecilia, patrona de la música,…
Han pasado casi tres años y medio del último encuentro mantenido en Moncloa entre el…
La Brigada Regional de la Policía Judicial de Rabat remitió a 22 personas a la…
Destrozos, robos y uso de los portones para defecar y consumir droga. Esta es la…
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cerrado este viernes su ronda de reuniones con…
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado al tiempo de condenar agresiones…